No se insulta a nadie, ni en la vida ni en el entorno del Valencia, A NADIE

No se debe insultar a nadie en la vida ni en el entorno del Valencia. Nunca, a nadie. Y lo dice alguien que ha recibido de todo tipo a los largo de casi 30 años, a cargo de aficionados, periodistas, jugadores y hasta algún presidente. Lo he llevado siempre bien, porque de pequeño fui gordo, las vi de todos los colores en aquel momento, y entiendo que me generó una coraza poco menos que indestructible.

Durante mi tiempo como periodista fui muy duro, muy agresivo, siempre directo y diciendo las cosas a la cara, por eso es posible que más de uno no quisiera vérselas conmigo, porque sabía que le iba decir, teniéndolo delante, lo mismo que cuando no lo estaba, y eso no ha gustado nunca, aunque ahora es poco menos que ciencia ficción con la distancia que hay entre los protagonistas y los que cuentan las cosas que pasan.

No hay que llamar nada despectivo a nadie, y me refiero por supuesto a toda la polémica suscitada con Sandra Gómez. A la vice alcaldesa de la ciudad se le debe juzgar por sus hechos y sus actos, y en los últimos años por sus muchas palabras, por nada más.

Pero por esa misma regla de 3, por la misma, por los mismos códigos del respeto y el civismo, lamechinos, monchitos, colaboracionistas, mamadores, “os señalaremos el día que se vayan”, chino de mierda, todo lo que se le ha dicho a Anil Murthy (un presidente indigno y el peor de la historia), las burradas a Layhoon, a la hija de Peter Lim, a los empleados del Valencia con el tono de vasallos de su amo… todo eso, que es muy largo, que es mucho más de lo que acabo de nombrar, tampoco vale.

Y si un programa es indigno porque se oigan comentarios despectivos a Sandra Gómez o a quien sea, en los demás que se hayan reproducido los que acabo de decir, lo mismo. O todos moros, o todos cristianos, pero no contemos la película sólo como interese, que aquí nos conocemos todos.