La hora de las renovaciones vitales en el Valencia

El futuro de Soler, Gayà, Guillamón y Diakhaby, pensando que todos se quedan, tiene que ser algo que se solucione de manera inmediata

Toni Hernández | 11 AGO. 2022 | 00:04
Guillamón y Gayà

En el Valencia es el momento de cerrar renovaciones que son vitales para el club en todos los sentidos, tanto deportiva como socialmente, y por supuesto, con un componente económico evidente. Y es que no podemos consentir estar como estamos, con varios activos básicos para la entidad entrenado en su último año de contrato y sin haber ampliado esa relación.

Los dos casos más flagrantes son Carlos Soler y José Luis Gayà, aunque debemos hablar también de Hugo Guillamón, por ser un productos de casa con todo lo que eso conlleva, y de Mouctar Diakhaby, que 4 años y 15 millones de euros más tarde, es mucho mejor jugador que cuando vino, y que sería un disparate que, con todo lo vivido con él, se fuera ahora el 30 de junio del año que viene sin dejar un céntimo en la caja.

Estas 4 cuestiones son absolutamente vertebrales, y mucho más pensando que la gran mayoría de fichajes del equipo van a ser como cedidos sin opción de compra de cara al curso que viene. Cada caso es distinto al anterior, y por lo tanto, no se pueden aplicar las mismas estrategias para todos. Soler y Gayà tienen un contexto claro. Son las dos estrellas del equipo, y emblema de la entidad.

Seguirán con una cifra de salario muy alta, la que más de la plantilla, pero por el contexto del club y para que todos estemos cómodos, su cláusula de rescisión, bien será “baja”, bien se llegará a un acuerdo para que con una cantidad concreta se puedan ir al final de cada curso. Si crecemos, se quedarán, y sino, se irán, así de sencillo.

Guillamón debe ampliar en breve, y seguirá creciendo, porque su edad y su formación así lo exige, y en principio no habrá problema en que continué, a pesar de los retrasos acumulados en este asunto. Y lo de Diakhaby es simplemente estrategia. Me da la sensación de que va a hacer un gran año, y renovarlo, aunque la idea sea venderlo el verano que viene, ya estaría bien. Manos a la obra, y que todo sea en agosto, por favor.