Miedo en el entorno del Valencia a un desastre deportivo sin precedentes

¿El Valencia puede bajar este año a Segunda División? La pregunta, hoy, es un tanto tremendista, porque no sabemos qué plantilla vamos a tener, aunque todo apunta a que no será mejor que la del año pasado, e incluso todos tenemos el miedo en el cuerpo de que puede ser peor. Si se confirman las ventas de Soler, Guedes o Gayà, más otras salidas que se tienen que dar de todos modos, o vienen jugadores de un nivel que palíen esas pérdidas deportivas, o estamos igualando nuestro potencial a los equipos de la cola de la clasificación.

Eso es así nos pongamos como nos pongamos, o nos vendan el discurso que nos vendan , porque recuerdo de nuevo las palabras de José Bordalás, “los demás están trabajando para ser mejores el año que viene, que tiene toda la pinta de ser muy duro”. Entiendo a los que le dijeron de todo al míster cuando no sacó la guadaña en su despedida oficial, pero es que ya habló y muy claro mientras estuvo en el cargo, que es cuando hay que hacerlo, cuando se arriesga, cuando te juegas algo, nada menos que tu puesto de trabajo.

Nadie discute ya que habrá vengas muy gordas, las que no se dieron el año pasado, y a eso le podríamos tener un miedo relativo, pero es que con los fichajes hay pánico por la escasa capacidad económica que todos tenemos claro que tiene el club en este momento. 

Y es obvio que si mezclas vender a los mejores con traer a gente de menos nivel (al menos en potencia), el resultado de la ecuación no puede ser otro, en el mes de junio, de miedo, de mucho miedo, y que el fantasma del puñetero descenso ande acechando, al menos hasta que vamos formada la plantilla y el balón eche a rodar. Ahí se nos irán todas las dudas, para bien y para mal, de eso no cabe duda alguna.