Las soluciones al Valencia de Peter Lim

Sacar a Meriton es algo muchísimo más delicado de lo que nadie piensa, y el dinero puede que no sea el principal problema

Toni Hernández | 04 JUL. 2022 | 00:02
Peter

Solucionar el Valencia de Peter Lim es un concepto básico de exponer, y desde luego, muy complicado de llevar a cabo. Hay muchas aristas que ni siquiera conocemos (sí, porque hasta los que dicen que lo saben todo son ignorantes en temas vitales sobre este asunto), y aunque pueda parecer extraño, no todo es ponerle dinero encima de la mesa al máximo accionista. Me temo incluso que esa es la parte más sencilla de todas.

Pero eso es una posible y futura venta, algo que se dará, de eso no me cabe duda alguna, pero que será cuando se den una serie de circunstancias muy concretas, que ahora mismo no se producen, y desde luego, Lim no tendrá problema alguno en ejecutar el proceso. Pero mientras eso llega, que es lo que nos cuesta asimilar, el club debe seguir, debe funcionar, tiene que hacer muchas cosas, y ponernos en plan histérico y dramático porque Meriton sigue aquí está muy bien para la foto, pero no sirve para nada efectivo.

Toca aplicar soluciones, porque debemos seguir afrontando la deuda, dar pasos para terminar el Nuevo Mestalla (cabe en una futura venta de la SAD), armar un equipo competitivo, recuperar la institución a nivel social… “Mientras estén estos aquí no pasará nada de todo eso”.

Pues más nos vale estar equivocados, y mucho, a este respecto, porque cada día que pasa es oro que se nos van entre los dedos de las manos, y ya no vuelve. Un presiente que sea de aquí, una política clara y transparente desde la dirección general (Sean Bai, al menos hasta ahora, está poniendo sentido común), un proyecto deportivo realista pero en el que no nos dejemos llevar por temas absurdos como depender sólo de cantera y cedidos para ser fuertes, un mínimo de inversión y coherencia…

¿Que vienen años malos? Que nos lo digan a la cara y sin tapujos, que la afición del Valencia no es idiota aunque a veces haya quien lo pretenda. Y nosotros sabremos lo que toca hacer en cada momento, y sin que nadie venga a decirnos el qué ni cuándo. Así de fácil es todo, o así de difícil, en función de cómo veamos las cosas, claro.