El entorno del Valencia está harto, de todo
Meriton es el origen de todo, pero después, nosotros hemos poniendo de nuestra cosecha hasta convertirlo todo en algo muy desagradable

Los que formamos el Valencia estamos hartos. De todo en general y de nada en particular. Pero la sensación de hastío, de no aguantar más todo lo que rodea a nuestro club, es clara y palpable. A cada uno nos molesta una cosa, pero a todos nos molesta algo, y eso es algo que no puede extenderse más en el tiempo, porque al final, los que vamos a provocar la desafección con respecto al Valencia vamos a ser nosotros, incluso por encima de la nefasta gestión que viene llevando a cabo Meriton en los últimos 3 años.
Porque mires donde mires, todo son discusiones, señalamientos, acusaciones, insultos, faltas de respeto, nula empatía… y eso lo hacemos todos, desde los aficionados hasta los periodistas, y entre todos generamos un caldo de cultivo perfecto para terminar hasta las narices. Y que Lim y Meriton sigan cómodamente en su sitio, porque todo eso resta fuerza para hacer nada.
La palabra que menos se usa en los últimos tiempos es “valencianista”, porque volvamos otra vez a las manías de los “istas”, de otra índole, o para hablar con propiedad y adaptarlo todo a los tiempos que corren, a las tribus que se han armado ahora. Libertarios, meritoners, torinos, colaboracionistas… menos valencianistas, cualquier cosa, y eso cansa, mucho, porque discutimos por estupideces, y encima somos previsibles.
El otro día leía un tuit maravilloso de @JRequena89: “resumen de lo del estadio, sin ver ni oír nada, sólo por lo visto en Twitter: a los que les iba a gustar, mostrasen lo que mostrasen, les gusta. A los que no les iba a gustar, mostrasen lo que mostrasen, no les gusta. Lo ponéis todo tan fácil”. No se puede decir todo de manera más clara y resumida. Ser del Valencia ha de ser muchas más cosas, porque en caso contrario, hemos perdido la esencia, y eso sólo es por nosotros.