La planificación deportiva del Valencia y el miedo del entorno

El entorno del Valencia tiene miedo a la planificación deportiva del club. Y es normal, es natural, es algo que nadie puede criticar. Los precedentes son los que son, los mensajes que se mandan lo mismo (“a veces tendremos que tomar decisiones poco populares encaminadas al medio y largo plazo”, dijo el director general Sean Bai), y a 21 de junio, sólo se a producido los movimientos que caían por fecha, es decir, los que acaban contrato han dicho adiós, y todos los cedidos (intuyendo a Alderete), han vuelto a sus clubes de origen y, de momento, no van a volver.

El cese de Bordalás es lo mas llamativo, y encima no en el sentido positivo, a pesar de los palos que se terminó llevando el técnico alicantino después de su rueda de prensa de despedida, en la que no cargó con dureza contra Meriton tal y como esperaba mucha gente. Y ya no ha pasado nada más, porque todas las renovaciones que están pendientes, y las salidas, siguen en el mismo punto que hace un mes.

Eso hace que el entorno, que todos nosotros, tengamos una extraña y incómoda sensación en el cuerpo. No tengo claro si es miedo, pero si no lo es, se le parece mucho, y eso no puede ser. Desde el club se intentan dar pasos para recuperar parte de la confianza o del crédito, que de eso hablaremos con calma, pero sin hechos tangibles, la verdad es que cualquier discurso pierde cualquier tipo de fuerza o empaque.

No sé cuál es la planificación deportiva del Valencia, ni quién la está llevando a cabo, ni el papel exacto de Corona, ni si Mendes está mandando tanto como todos queremos ver hasta este momento. Y eso no tiene sentido, no puede ser, tiene que cambie, y si lo hace, desde luego vamos a poder empezar a decir que las cosas se hacen de un modo distinto. Pero si, seguimos en el mismo punto, por desgracia.