El respeto se ha perdido en el entorno del Valencia, y en la opinión pública

Los ataques personales y los insultos son el pan nuestro de cada día, y lo peor, los periodistas participamos en ello, y eso es peligroso

Toni Hernández | 10 JUN. 2022 | 00:03
Entorno Valencia CF

El respeto es algo perdido alrededor del Valencia. Las malas formas y las peores maneras son algo cotidiano y habitual en estos tiempos, y de verdad, no es que sea una pena, que antes tampoco éramos la quintaesencia de nada, pero es que ahora da todo verdadero asco. Y lo más curioso de todo, por encima de otras muchas cosas, es que a Meriton le acusamos de ser dictatorial, de no respetar la libertad de expresión, de ser un régimen absoluto.

Y seguramente esa acusación tiene mucha base razonable. Aunque el problema viene cuando aquí, entre nosotros mismos, nos dedicamos a hacer lo mismo, destrozando de forma pública a aquel que osa opinar algo que no nos cuadra, y lanzándole de manera implacable toda la basura de todo tipo que se encuentra a nuestro alcance. Es una práctica habitual, demasiado habitual, y se ha convertido en algo normalizado, con los peligros que conlleva algo así.

Que sí, repito, que las redes son infra mundo en el que muchos imbéciles se mueven como pez en el agua porque no tienen que dar la cara, pero es que todo no puede estar viciado a estos niveles, porque no se puede ni respirar. Y en esto, como en otras cosas, los aficionados pueden hacer lo que les dé la gana, aunque es verdad que algunos deberían repasar al menos los manuales de educación, que nunca está de más.

El problema es cuando la opinión pública, parte de ella, es la que alienta este tipo de comportamientos. Me parece algo terrible, porque la degeneración de la profesión no puede ser mucho mayor, aunque con este tipo de comportamientos conseguimos degradarnos un poco más, y mira que eso es complicado en los tiempos que corren. Y contra eso sólo caben dos soluciones.

Agacharse, el silencio y mirar para otro lado, o plantar cara y generar otro conflicto más. Luego me quieren convencer de la unión del valencianismo porque tenemos el mismo enemigo. De verdad, o todos nos lo hacemos mirar, o terminaremos muy mal.