El futuro del Valencia se decide a 12.000 kilómetros

El futuro del Valencia se juega a muy lejos de casa, en Singapur, a unos 12.000 kilómetros de Mestalla. Y tampoco podemos decir que sea algo nuevo, porque desde que Meriton es el máximo accionista, y van ya 8 años, ha sido de esta manera. Lim recibe a los gestores, antiguamente, hasta Marcelino, a los entrenadores incluso, y da las órdenes.

Y ahora no va a ser una excepción, por mucho que eso vaya a paralizar, nuevamente, a un club de fútbol que ahora mismo tendría que ser un hervidero de actividad, ejecutando todas las decisiones panificadas durante el año, pero que ahora mismo contiene la respiración y mira atentamente a esa parte del mundo para ver qué demonios piensa hacer con nosotros el máximo accionista. Eso incluye también la posibilidad de que se avenga a vender, aunque no tengo nada claro que eso se lo fuera a comunicar, de este modo, a Anil Murthy.

Pero claro, viendo todos los giros argumentales que ha dado Meriton en este tiempo, que eso pudiera suceder tampoco es algo que vayamos a descartar… porque nunca se sabe, está muy claro. Como los puentes que unían de un modo u otro a Lim con Valencia han volado por los aires, todos, no hay forma ni de intuir por dónde van los tiros, y eso ya es frustrante por un lado, y muy preocupante por otro.

Eso viene a significar que todo, especialmente lo malo, puede pasar, porque no hay nadie, pero absolutamente nadie, que ahora mismo se atreve siquiera a pensar en Lim le vaya a dar un giro, en positivo, a todo lo que está pasando en torno al club. Y lo que es más doloroso, decida lo que decida, por muy salvaje que sea, tampoco nos va a coger de sorpresa a ninguno, que es aún más triste. No sé qué va a decidir hacer con el Valencia, no lo sé, pero me preocupa. Me aterra. Y por muchas cosas, muchos factores, en los que pido a Dios estar equivocado.