Meriton y el Valencia, una historia en la que se nos escapa algo

En la relación entre Meriton y el Valencia hay algo que no entendemos, que se nos escapa. Y no lo pienso ahora, sino hace muchos años. Muchos… alguno, que al final llevan aquí desde 2014, y eso no es tanto tiempo como pueda parecer. Todo puede partir de, vamos a llamarlo así, un error de concepto. Se nos vendió que íbamos a ser el nuevo PSG, el nuevo Manchester City, que el bolsillo de Lim era un pozo sin fondo y que aquí se darían paladas de dinero sin freno. Eso no ha sido así, ni mucho menor, y además se han dado varios bandazos a nivel deportivo que nos han dejado a todos… que cada uno diga cómo. Primero fue en 2015, cuando se echó a Nuno y empezó una era gris que terminó en marzo de 2017, con la contratación de Mateu Alemany, de cuya mano llegó después Marcelino, y eso dio paso a dos buenas campañas.

En 2019, Meriton sumaba 3 clasificaciones para Champions en 5 años, mientras que ahora acumula 5 campañas sin Europa en sus 8 ejercicios. De invertir casi 300 millones de euros en 3 veranos a no gastar mas 12 en los dos siguientes, dejando uno “en blanco”. Esto no se sostiene, no se puede explicar, y por lo tanto, es imposible de entender. O se hace todo muy bien o se hace todo muy mal, y eso genera unos cambios exagerados. Que el interés de Lim fuera el suelo del actual Mestalla es lícito, porque además era el del resto de ofertas que había encima de la mesa. Que el valor del Valencia son los 90.000 metros cuadrados del actual estadio con los beneficios de la ATE, lo mismo, que nadie se piense que aquí va a venir nadie apasionado por nuestro club y va a poner millones como si no hubiera mañana.

Pero si Meriton quería el suelo, sabía que debía acabar el Nuevo Mestalla, y de eso no ha hecho nada hasta que no ha llegado el dinero de CVC, y aún así, quedan en torno a 30 millones por conseguir, que el club está en ello. Si todo era por eso, ¿qué parte del proceso nos hemos perdido para que nos sepamos qué demonios pasa aquí desde hace tanto tiempo? En este asunto se nos escapa algo, que sólo nos lo puede aclarar Peter Lim, y mucho me temo que no vamos a obtener las respuestas que todos andamos esperando. O no todos, pero al menos sí unos cuantos.