Meriton y el Valencia, con Mestalla como testigo
Lo que queda hasta el final de Liga va a ser duro para los gestores del club, pero al final es a lo que han llevado por todo

El Valencia, su gente, y Meriton, sus gestores, están en una guerra a la que no veo el fin, tampoco la solución, y que amenaza con tenernos empantanados en todos los sentidos mucho tiempo. Los encuentros que quedan hasta el final van a ser duros en Mestalla, porque así se lo ha ganado la propiedad. Ha habido una especie de tregua no pactada hasta la final de Copa del Rey, pero una vez pasada, es obvio que se le debe exigir a Peter Lim y su gente que rindan cuentas ante el público soberano. Es lo que ha pasado toda la vida, nada nuevo bajo el sol o algo que no hayan vivido otros mandatarios a lo largo de 103 años.
El año ha sido malo, nos quedamos por tercera vez sin jugar Europa, y las razones están claras como la vida misma: la plantilla era corta, tenía carencias que arrastra desde 2020 que no han sido repuestas, y la inversión, habiendo sido mayor que el curso pasado (pasar de cero a algo no era tampoco complicado), no daba para poder pelear con otros equipos mucho más hechos y consolidados que nosotros a todos los niveles. Y de todo eso sólo hay un culpable que se llama Peter Lim. Luego podemos hablar de si Bordalás podía haber hecho esto o lo otro, si la mala suerte de las lesiones, si el VAR en contra siempre y demás, pero eso es fútbol, es otro debate, y nada tiene que ver con el anterior.
Tengo claro que lo que les diga Mestalla les da igual, y por desgracia, a las pruebas de estos últimos años me remito, pero si no tienen intención de vender, que todo indica que es así, lo mínimo es poner en valor la mercantil para que se le pueda poner un precio acorde con lo que Lim pretende sacar por ella en el medio plazo, que nunca en el corto a no ser que pasa algo muy salvaje, que no tiene pinta. El ambiente será de apoyo al equipo, de reivindicar el valencianismo que corre por las venas de todos, y de hartazgo absoluto por todo lo que pasa alrededor de la entidad, que siempre tiene que estar en boca de todos por temas que nunca son buenos o positivos. Mestalla es siempre un campo agradecido, pero exigente, y que no olvida nunca las cosas. Las buenas y las malas.