Todos los días son buenos para ir a Mestalla, pero hoy, más

Por los que fueron a Sevilla, sobre todo por los que no fueron, y por esa conexión que está más viva que nunca, toca acudir al templo

Toni Hernández | 30 ABR. 2022 | 00:02
Mestalla

Todos los días son buenos para ir a Mestalla y ver al Valencia, pero hay algunos que están especialmente señalados para ello. Y no, no hablo de finales o de encuentros donde te juegas todo, sino aquellos en los que puedes y debes reivindicar el sentido de pertenencia. Sevilla marca un antes y un después en muchas cosas, y eso lo iremos viendo a medida que pase el tiempo, pero lo primero que tenemos ahora es volver a ver al equipo justo después de aquello. Mestalla debería estar lleno hasta la bandera, de gente y de sentimiento, y que esa unión, esa fusión sincera y eterna entre todos, siga consolidando una fuerza que no se puede parar ni con los peores gestores de la historia. 

El valencianismo está tan vivo como siempre, que no más que nunca, y lleva varias semanas demostrándolo de forma fehaciente. Ese vínculo que existe entre la grada y el césped, que cuando no se gana es muy complicado de alcanzar, es lo que ahora mismo se debe cuidar como si fuera un bebé, y eso pasa porque el equipo siga dando lo tiene por un lado, y porque el aficionado responda de la misma manera acudiendo al campo en los encuentros que faltan por disputar. Tengo muy claro que Sevilla está muy cerca cuando se juega una final, y Mestalla muy lejos cuando en la jornada 34 no aspiras más que a quedar el que hace 8. Ni es la primera vez en la historia que esto pasa, ni mucho me temo que sea la última.

Pero lo de La Cartuja, y lo que ser vivió también aquí, no puede quedar en agua de borrajas. Es un día para ir al campo por los que lloraron en esa final en el campo, por los que no pudieron ir y lo hicieron en Valencia, y para que los niños, las nuevas generaciones, tengan claro que hay que ser de este equipo siempre, en las buenas y en las malas, para ganar títulos o para salvar la honra, porque nuestra grandeza está muy por encima de todas estas cosas. Me gustaría ver nuestra casa llena, porque además, sería el mensaje más claro y contundente a Meriton para que entendiera dónde está y lo que tiene que hacer para que las cosas funcionen como Dios manda.