Si Meriton no vende que al menos reaccione por el bien del Valencia

De momento no se van, y mientras eso no pase, lo que toca es exigirles que tengan el club a la altura de lo que merece, nada más

Toni Hernández | 28 ABR. 2022 | 00:03
Anil Murthy

Peter Lim no vende el Valencia. Al menos ahora, en este momento, por más que podamos apretar todos por todas partes. Cumple con los bancos, con empleados y con sus obligaciones, y a no ser que la justicia le dé un vuelco tremendo a todo, legítimamente no se le puede mover de donde está de ninguna manera. Esta es una realidad tocada, y sin duda tenemos todo el derecho del mundo a protestar cada día en Mestalla, o fuera, o donde nos salga de la pancarta, faltaría más, pero una cosa es eso, y otra la legalidad vigente mientras nadie diga lo contrario. Si aceptamos esto, que podemos hacerlo o no, la cosa no va a cambiar por ello desgraciadamente, lo que toca es pedirle a Meriton que al menos haga las cosas con lógica, con concierto, con criterio, y pensando en hacer una empresa más grande.

No digo ya un club, porque el concepto de tal cosa parece que lo tienen olvidado, y por eso le doy ese sentido mercantil, porque si al final el objetivo es vender más de lo que se ha pagado/puesto, está claro que debes poner en valor tu activo. Y el camino que llevamos no es ese, no hace falta explicar las razones, que las sabemos todos de sobra. Si los tenemos que tener aquí por un tiempo indeterminado, que tiene toda la pinta, lo mínimo es exigir eso, que tengan al club como Dios manda, que luchemos por estar en Europa, que no estemos perdiendo jugadores importantes de manera permanente y sin que luego tengan un repuesto de la misma calidad. Estar en boca de todos por lo malo, y que siempre salgamos en los medios por cosas que jamás deberían darse.

No voy a decir lo que tienen que hacer, primero porque ya estoy agotado de intentarlo, y segundo porque ellos sabrán, pero nosotros, como el gran activo de este club, está claro que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, aunque sepamos que podemos llegar hasta donde podemos llegar. No sé si Kiat Lim es la solución o más de lo mismo, o si su padre piensa ahora de otra forma, pero lo que es cierto es que no podemos continuar así, porque no lo merecemos. Sin más.