De menos a más en el Valencia de Bordalás

El último mes de competición ha sido extraño, los resultados no fueron buenos pero la final marcó demasiado. La cabeza de todos estaba en ese encuentro y el propio entrenador lo reconoció en las últimas ruedas de prensa, pero al margen de ello este Valencia es más competitivo que el de los meses de octubre y noviembre del pasado año. Se ha aprendido a sufrir y quizá una de las mejores noticias es que hubo una evolución en ciertos jugadores concretos.

Hugo Duro fue un fichaje de perfil muy bajo y a estas alturas ya hay poco que decir sobre su evolución. Pasó de abonado al banquillo a ser un hombre resolutivo en momentos clave. Pero el caso más significativo es el de Uros Racic, el serbio no tenía la actitud adecuada pero en los últimos meses se puso las pilas y el entrenador le premió con bastantes más minutos de los que se esperaba. En la final cumplió con creces en los minutos en los que estuvo en el campo e incluso se atrevió a lanzar uno de los penaltis, ejecutándolo con maestría. Racic puede ser un buen recurso aunque también podría ayudar a las arcas con un importante traspaso, su final de temporada ayudará.

Si hablamos de la final hay que citar a Ilaix Moriba, un futbolista que prácticamente había pasado desapercibido pero demostró en La Cartuja que tiene mucho fútbol en sus botas, a día de hoy no se descarta otra cesión para que pueda seguir creciendo, el guineano está contento en el club. Para finalizar hay que señalar el crecimiento de Mamardashvili, aunque no paró ningún penalti se ha convertido en una de las revelaciones de La Liga y en titular indiscutible del Valencia contra todo pronóstico, un crecimiento fuera de lo cómún.