No es día para hablar de fútbol en el Valencia, sino de puro sentimiento
Pensar en ganar y disfrutar de una jornada histórica, de hacer valencianismo por todas partes, de demostrar que somos un gran club

El día que el Valencia juega una final no es para hablar de fútbol, ni de sistemas ni de esquemas. No es el momento para analizar si debe salir con este o con aquel, si el otro o maroto están mejor. Hoy es un día de sentimiento, de estar emocionados desde antes de levantarse, de no tener sueño, de no estar cansados, de no tener frío ni calor. Hoy es día de una final del Valencia, y eso, aunque no nos lo parezca, es algo que no pasa siempre, que nuestra mucho más de lo que nos podamos imaginar, y por eso hay que vivirlas, todas y siempre, como si fueran la última.
Eso es algo que se aprende con el tiempo, que tampoco tienes claro cuando eres mucho más joven, pero a medida que acumulas años, experiencia, y sobre todo y gracias a Dios, al final, te das cuenta de forma clara de este tipo de cuestiones. Sales de la cama, te pones tu camiseta del Valencia, y te pasas el día entero esperando que empiece el partido. No tienes que hacer nada más, a excepción de disfrutar cada instante con tu gente, porque es una jornada para vivir en compañía, eso sin duda. Y que José Bordalás saque el once titular que mejor le parezca, y que vayamos con 3 centrales, o con cuatro atrás o sin delantero centro, si realmente nos va a dar lo mismo. Porque los que salgan van a llevar nuestra camiseta, nuestro escudo, y son los que nos tienen que hacer campeones.
¿Que cada uno tenemos unos gustos distintos? Por supuesto, para el fútbol y para la vida, pero aquí sólo tenemos un color, en este caso el blanco (que no me gusta en solitario, pero que si toca que sea el mío, a muerte con él), y todo lo demás, repito, nos tiene que dar exactamente igual, porque es relativo, porque importa poco, porque no aporta nada a esta sábado que puede inscribir su nombre con letras de oro en la historia de nuestro club. Hoy no hablemos de fútbol, sólo disfrutemos al máximo de nuestro equipo, nada más.