¿Cómo se vive una final siendo aficionado del Valencia?

He estado en más de las que soñaba de pequeño, pero siempre fue trabajando, y esta vez va a ser totalmente distinto

Toni Hernández | 18 ABR. 2022 | 00:02
Afición Valencia CF

Hola, soy Toni Hernández, tengo 47 años, y voy a vivir mi primera final de Copa del Rey como aficionado del Valencia. Bueno, realmente es la segunda, porque fui en 1995, pero desde entonces, he estado en todas (trabajando) menos en la de 2019 (que me tuve que quedar en casa por cuestiones médico-familiares delicadas), en la que mi entrada se quedó en el Benito Villamarín. Estoy desbocado, esa es la verdad. Pero además mucho, porque es una sensación completamente nueva para mí. Cubrir una final del Valencia, que pertenezco a una generación de afortunados en ese sentido, es algo estresante, pero mucho además.

Y además, aunque tienes a tus amigos allí, no puedes estar con ellos, y mucho menos disfrutar, porque no tienes tiempo material. Y ellos están de fiesta y tú trabando. Cuando todo acaba, y si hemos ganado (que recuerdo que no es algo que pase siempre), puedes salir a tomar una copa. O varias, como pasó aquella noche maravillosa de 1999 en Sevilla, donde casi arrasamos con el Barrio de Santa Cruz… como estaba mandado. Estoy emocionado e ilusionado, y de hecho creo que me voy a tener que poner una especie de freno, porque si no voy a resultar un agobio de cuidado, que como dice Camilo (el cantante, cosas de cuanto tú no eliges la música), soy más intenso que un niño con una pelota.

Llevo varios días pensando en las camisetas que me voy a llevar, las que le quiero sugerir a mi hija y a mi mujer (sugerir, sin duda), qué quiero hacer, a quién quiero ver… pero sobre todo estoy pensando en ese momento en el que entre a la grada y mi peque vea el campo lleno. Porque lo tú ves cuando accedes el día de una final no se parece a nada que hayas visto hasta ese momento, ni siquiera si ya has estado en otras, porque todas son distintas. Soy nuevo como aficionado en finales, quién me lo iba a decir a mí a estas alturas. Y lo cierto es que estoy encantado, y como si fuera un niño con zapatos nuevos.