El Nuevo Mestalla va a hacer milagros en Valencia, al tiempo

Ya se van viendo, claro que sí, y aunque el club debe ser el primero en cumplir, la posiciones inflexibles ya lo van siendo menos

Toni Hernández | 18 ABR. 2022 | 00:05
Nuevo Mestalla

Que el Nuevo Mestalla va a hacer milagros en el entorno del Valencia es tan cierto como que el 23 de abril vamos a jugar la final de la Copa del Rey en Sevilla. Como me he cansado de decir, y lo que me queda, todo el mundo está jugando sus cartas en este asunto, porque no podemos olvidar algo esencial: al club y a la ciudad le interesa terminar con esto, se necesita a todos los niveles. No había un euro para poderlo hacer, ni voluntad por parte de Peter Lim, y ahora han aparecido más de 80 millones para poderlo llevar a cabo gracias a Javier Tebas y su acuerdo con CVC. Primer milagro, no lo olvidemos, que a esto no le damos nunca el valor real que tiene. Con la pasta encima de la mesa, que es muy bonito, todo el mundo se ha puesto espléndido, exigiendo cosas que en otros tiempos se han criticado de forma cruenta, pero es que el juego político tiene estas cosas.

No olvidemos que los actuales gobernantes mataron a la Copa América en su día, y ahora se estaban planteando volver a pedirla… aunque han hecho tarde con respecto a Barcelona, y casi mejor lo dejamos ahí. Pista de atletismo, capacidad para 70.000 espectadores, parking gigante… estoy a favor de todo (aunque esa pista escondida y disimulada, que esto es un campo de fútbol), pero pedir lo que se sabe que no puede ser, a conciencia, no está bien. Porque claro, y si no se hace todo esto, ¿qué? ¿Nos cargamos el proyecto y le devolvemos el dinero a la Liga y Javier Tebas? Cuando en el póker, o en la vida, te marcas un farol, has de saber que eso tiene un recorrido, y que como vayas más lejos de lo que te toca, lo puedes pagar muy caro.

Las elecciones están muy cerca, aunque no tanto según para qué cosas, pero que conforme pase un poco más de tiempo el Nuevo Mestalla va a obrar milagros lo tengo cristalino, porque aquí nos conocemos todos, y el objetivo no puede ser otro que terminar esta obra de una vez y para siempre. Otra cosa es que cada uno tenga luego un especial interés en que sea de una forma u otra, que aquí no hay nadie que sea un angelito, algo que ya se tiene más que claro a estas alturas de la película. Va a haber avances, no evidentes pero sí continuos. Y si no, al tiempo, porque es un proceso al que todos saben que están condenados, incluyendo al propio club, que aquí no es ninguna víctima, como demasiadas veces quiere parecer.