La economía del Valencia, cuando paga otro

En estos lares estamos muy mal acostumbrados, y seguimos sin querr ver cómo son las cosas realmente, y eso nos hará daño

Toni Hernández | 09 ABR. 2022 | 00:01
Junta de Accionistas del Valencia

Gratis significa que lo paga otro. Un tipo que sabe mucho de la vida me lo enseñó hace muchos años, y es una de esas lecciones que te quedan para siempre en la cabeza. Con la economía del Valencia pasa lo mismo, pero no ahora con Meriton, sino con todos los gestores que ha habido antes. Y mucho me temo, con los que habrá. Exigir está muy bien, podemos decir que es hasta un derecho, pero que también conlleva una serie de obligaciones, que no siempre nos vienen bien. Y repito por segunda vez, no tiene nada que ver con Peter Lim, que yo he oído en Mestalla “suelta los duros, Arturo suelta los duros”, en referencia a don Arturo Tuzón Gil, y poco después tuvo que dimitir uno de los mejores presidentes de la historia.

Sí que es es verdad una cosa que no podemos obviar. Cuando llegó al actual máximo accionista, el tema se vendió de tal manera que parecía que todos nuestros problemas se iban a esfumar de golpe, y que íbamos a ser el nuevo Manchester City o el siguiente PSG. Está claro que nos hemos quedado muy lejos de todo eso. Pero me vengo al hoy y al ahora, entre otras cosas, porque lo que se firmara en su día mala solución tiene en este momento. Queremos un equipo de Champions, y que lo pague otro. Queremos un campo 25 estrellas (5 son pocas), y que lo pague otro. Queremos terminar con la deuda, y que la pague otro.

Queremos “democratizar” el Valencia, y que lo pague otro. Y digo, sin ningún temor a equivocarme, porque no lo haré, que eso no va a pasar en la vida, y que si somos tan inconscientes de alimentar esa mentira, nos estaremos haciendo un flaco favor. Sólo quiero recordar el drama anual con el precio de los pases, con las entradas de algunos partidos y con los artículos de merchan que se venden en las tiendas oficiales. “Es que tendrían que ponerlo todo más barato”, suele ser el latiguillo habitual. En definitiva, más barato, o gratis, o que lo termine pagando otro.