Un pedazo de jugador del Valencia llamado Hugo Guillamón

Un tipo que ha podido con todo, y que cada día es un poco mejor, y al que hay que cuidar de cara al futuro más cercano

Toni Hernández | 21 MAR. 2022 | 00:05
Hugo Guillamón

Me alegra todo lo bueno que le pase a un jugador del Valencia, a cualquiera, pero en el caso de Hugo Guillamón, como hay otros, especialmente. Y es que entiendo que todos sentimos una especie de atracción con las historias de superación personal, con los tipos que lo tienen todo en contra y que se rebelan contra la adversidad. Nos identificamos con aquellos que hacen primar el vestir la camiseta del Valencia por encima de cualquier otra cosa, y que al final cumplen su sueño y encima dando un nivel que les lleva a la selección española. Aunque en el caso de Hugo hay que decir que repite, porque absoluto ya ha sido, y además con gol, aunque aquel partido fuera un poco extraño por las circunstancias que lo rodearon.

Luis Enrique lo ha seguido, lo conoces y confía en él, y eso sólo puede significar que hace las cosas muy bien en su club, que es el nuestro, y que es otro canterano de Paterna que toca el cielo, y ya son muchos a los largo y ancho de nuestros 103 años de historia. El Tiburón se ha pasado el juego, y eso hay que ponerlo en valor como se merece. Porque en el Valencia, hace unos años, no se confiaba en él. Que no pasa nada, en política deportiva se toman decisiones a diario y no todas pueden ser las correctas a largo plazo. Estuvo fuera del club, pero eligió esperar una oferta, la que fuera, para poder seguir aquí. Y siguió. Jugó y creció.

Y ahora, con 22 años recién cumplidos, 64 partidos oficiales y 3 goles oficiales en su casillero, se ha convertido en una pieza clave de un Valencia que cada día es un poco mejor. Si no pasa nada raro, que no debe renovará su contrato en breve, dejando claro que su futuro está aquí, porque es lo que siempre ha querido. Pero hagamos una apuesta fuerte ahora, a largo plazo y con el tratamiento de tipo importante, porque su crecimiento diario es imparable, es tangible por momentos, y no nos puede volver a pasar que tengamos un susto con un chaval de la casa.