El reparto de las entradas para final de Copa Betis - Valencia

Da igual lo que se haga y cómo, no va a gustar, porque nadie pensamos que la solución perfecta no existe de ninguna de las maneras

Toni Hernández | 08 MAR. 2022 | 00:02
La Cartuja

El reparto de entradas para una final que juegue el Valencia, y que todo sea un follón que termine con el personal cabreado, lleva siendo la misma cosa desde 1995, año en el que mi generación lo vivió por primera vez, y realmente, se empezaron a montar estos pifostios. De entrada, y quien lo tome por defensa de Meriton que luego lo intente hacer sin llorar. Han pasado muchos presidentes, muchos consejos de administración y muchas fórmulas, y todas y cada una han sido criticadas. Porque cuando se tienen 23.000 entradas, y pretenden asistir al partido 40.000, ya lo puedes pintar de verdad, que no hay manera. 

Hace años que me retiré de esta guerra, porque tomar partido por nadie es absurdo, ya que todo el mundo tiene razón, o al menos su razón, y contra eso no hay argumento posible para poder decir que alguien está en lo cierto, o que no lo está. Y no, no existe la solución perfecta, eso nos lo podemos ir quitando de la cabeza. Y aunque se pongan de forma previa una serie de requisitos, es absolutamente imposible poder controlar que todo salga perfecto. No se puede, no hay manera humana, y siempre va a haber gente enfadada. Y esta vez, mucho me temo, que todo va a ser igual. Finales de abril, en la semana de Pascua, con el lunes siguiente festivo, es un viaje perfecto para pasar unos días en Sevilla, hacer turismo, y asistir a otros de esos partidos históricos que quedan siempre en la retina de todos nosotros.

No va a haber entradas para todos, esa realidad es así, y el club le dará vueltas a la fórmula (y no será Anil, sino valencianistas que están muy al cabo de la calle de todo lo que estoy contando, porque es posible que lo hayan vivido en sus propias carnes en alguna ocasión). Supongo que lo que estoy pidiendo es cierto grado de empatía, que no nos enfanguemos todos en una pelea que no tiene vencedores, porque no hay manera de poder contentar a todos, ni mucho menos. Y no, esto no es nuevo, ni siquiera ha sido “inventado” por Meriton, como muchas otras cosas de las que sí son responsables.