El Valencia de Carlos Soler y José Luis Gayà, camino de la leyenda

Sería una especie de sueño erótico valencianista, y algo muy importante para todo el entorno por lo que supondría a nivel global

Toni Hernández | 10 FEB. 2022 | 09:00
Soler y Gayà

No soy de apostillar eso del “Valencia de”, pero no puedo negar que fui un niño del Valencia de Kempes. Crecí con el Valencia de Arias y Fernando. “Volví” a Europa con el Valencia de Lubo. Lloré de emoción con el Valencia del Piojo y Mendieta. Tocamos el cielo con el Valencia de Baraja y Albelda. Volvimos a tocar el cielo con el Valencia de Parejo y Rodrigo. Y de verdad no habría nada que me alegrarse más que ser campeón con el Valencia de Soler y Gayà. No va a ser nada fácil, sólo estamos en el partido de ida de las semifinales, pero sí al fútbol le quitas la parte en la que todo es sueño, en la que cualquier cosa es posible y a tu equipo le va todo bien, pierde todo su encanto.

Me niego a que este deporte sea exclusivamente sufrir, morder las uñas, pasarlo mal. Los momentos de pensar y visualizar el futuro, aunque sea a corto plazo, es un pequeño placer que nos debemos dar, porque es sano, porque es recordable. Que estos dos chicos fueran los que levantaran la Copa en Sevilla el próximo 23 de abril sería algo poético, icónico, muy por encima de lo histórico, que desde luego también lo sería. Sería un gran final de todo, porque quiero seguir pensando que ambos van a renovar sus contratos, porque se les ve una implicación muy por encima de lo normal, porque lo viven, lo sufren y lo disfrutan como nadie, porque entienden dónde están y se lo hacen entender a los que vienen.

Me gustaría un Valencia de Soler y de Gayà, porque son valencianos y valencianistas, canteranos y seguidores del club desde que tienen uso de razón. Todo se va dando de una forma en la que tengo por seguro que será muy duro y muy complicado, pero si tenemos ese punto de suerte en el que todo termina bien, puede ser uno de los momentos más emotivos de la historia reciente del Valencia. Y eso son palabras mayores, no lo podemos dudar.