Un fin de semana sin fútbol en Valencia, una caja de bombas

Demasiado tiempo para hablar de demasiadas cosas, con el peligro que eso conlleva tratándose de nosotros... y este contexto

Toni Hernández | 29 ENE. 2022 | 07:00
Mestalla

Un fin de semana sin fútbol en el entorno del Valencia ha sido, de toda la vida, una caja de bombas. Con el contexto actual de las cosas, es mucho más que eso. Y es que se dan una serie de situaciones que “invitan” a que sean unos días sin partido, pero muy calientes. Lo primero es que estamos a las puertas de cerrar el mercado de fichajes de invierno, que eso ya da para libro, pase lo que pase de aquí y hasta el final. Los movimientos del Valencia han sido, por encima de todo, lentos, y lo que nadie entiende es que el día 1 no estuvieran ya en Paterna los refuerzos.

Pero este argumento, que además Meriton lo pone muy fácil ante su inacción habitual, no es el único, ni mucho menos, ni tampoco tiene pinta de ser la estrella del fin de semana. El Nuevo Mestalla, su capacidad, la ATE y la partida de póker que se juega alrededor de todo esto siempre es mucho más goloso, porque hay mucha gente intentando sacar un rédito imaginario a esta cuestión. No hay nada como engañarse a uno mismo, por muy absurdo que pueda resultar. Porque seguramente habrá mucha “tralla” lista para soltar en este fin de semana. Hay mucha cuenta pendiente, algo de lo que veo que no aprendemos nunca, y será que cabemos muchos o pocos, que hay más zonas de explotación o menos, que los asientos son blancos o negros, o que la fachada es de una manera o de otra, pero habrá que sacar los cañones a la calle, ya que no entendemos esto sin estar de mal humor todos los días.

Encima parece que Gayà se queda, ojalá, y seguramente se mirará con lupa a Soler, como tratando de justificar el hecho de que no se quede, que es algo que ya ha empezado. Porque algunos no comprenden que el Valencia está por encima de sus dirigentes puntuales, los que sea y cuando sea, y encima este fin de semana no corre la pelota, que eso al menos nos tiene entretenidos con otras cosas un par de horas en sábado o domingo. En fin, lo de toda la vida.