Todos en el Valencia están convencidos de la gran noticia del año

El optimismo es la nota dominante, de puertas para dentro, y también para fuera, aunque esto tiene muy poco recorrido, como casi todo lo que no es malo

Toni Hernández | 14 ENE. 2022 | 07:30
Soler y Gayà

"El Valencia está en las renovaciones de Soler y de Gayà. Estamos tranquilos porque todo el mundo cree que al final se conseguirá". Estas palabras de José Bordalás en la previa del partido contra el Madrid, como yo también imaginaba, no han tenido el recorrido que sería lógico para algo de esta magnitud. Un tipo que habla claro y va de cara diciendo que los dos referentes del equipo pueden seguir más años aquí, y pasa de puntillas. En estos dos asuntos sigo percibiendo esa extraña sensación de que a cierto sector le podría hasta venir bien que se fueran, que no ampliaran sus contratos, con lo que eso conllevaría para el club, sólo por el simple hecho de poderle pegar más bofetadas a Meriton.

Como si realmente hicieran falta más argumentos para estar poniendo en tela de juicio la actual gestión sin que eso suponga un menoscabo para el Valencia, que al final es lo más importante de todo aunque se nos olvide siempre con tanta facilidad. Si el técnico alicantino se moja de esa manera, entiendo que no será sin red. El problema de todo esto, repito, viene por el silencio del Valencia, que no tiene explicación. Pero si a eso le sumamos ese “cuanto peor, mejor”, que acompaña en demasiadas ocasiones al entorno, está claro que la mezcla resulta explosiva y muy peligrosa para los intereses del club.

Mi sensación es que se intentó usar a Bordalás cuando dijo lo que dijo del Fair Play Financiero, y al alicantino le pueden coger una vez, pero no dos, y lo demostró en la previa del Madrid. Igual el club y el técnico van de la mano, tienen claro lo que hay, los problemas que existen, y eso no le viene bien a una parte del relato que vive más del enfrentamiento que de otra cosa. Si Bordalás ha dicho que se está optimista respecto a que Soler y Gayà sigan, como poco, habría que concederle el beneficio de la duda, porque su honestidad es obvio que va siempre por delante de él. Ah, venga o no venga bien lo que nos diga, claro.