El Valencia ha diseñado un estadio y un plan coherente, aunque no nos guste

Meriton es algo circunstancial, por desgracia, el club está muy por encima, y en él sigue habiendo grandes profesionales con las ideas muy claras

Toni Hernández | 02 ENE. 2022 | 07:30
Puig, Murthy e Ibáñez

El diseño del Nuevo Mestalla por parte del Valencia, DEL VALENCIA, es lógico y coherente. Y no me voy a tapar, porque me gustaría un estadio para más de 60.000 espectadores en el minuto cero. Y así lo he dicho públicamente, no me pienso tapar por decir lo que pienso, hasta ahí podíamos llegar. Pero hay una serie de datos que no podemos obviar, y no hace falta que nos comparemos con otros ejemplos europeos como Juventus, Milan o Inter, que se cambiaron de casa para ir a un sitio más pequeño. La media de asistencia a Mestalla el año del Doblete, la mejor temporada de todos los tiempos, estuvo en 46.000 espectadores, cifra curiosa (la misma que se plantea de salida como aforo del futuro estadio), y sólo se registró un lleno.

Cuando se tiran de datos fríos pasan estas cosas. No compro el argumento tampoco al 100%, porque se tiene que pensar en crecer, aunque sí es cierto que se debe hacer con los pies bien clavados en el suelo, con cimientos sólidos y alejados de delirios de grandeza que ya nos minaron en el pasado. Porque esto ha de ser una fábrica de generar dinero 7 días a la semana, siendo el momento de partido algo especial, pero sólo una forma más de generar recursos. Podemos negarnos ante esta lógica, pero Mestalla debe tener galerías comerciales, restaurantes, cines, hoteles… todo lo que pueda generar riqueza, porque para eso se hace una apuesta, para eso se corrió el maldito riesgo en 2006 que tan mal salió porque nos explotó en la cara la burbuja inmobiliaria. 

El Valencia ha presentado un diseño y plan de financiación lógico y coherente. El Valencia, con grandes profesionales que sigue trabajando en el club, y no hablo de la gente de Meriton, que no podemos ser siempre tan simples para este tipo de cosas. Veamos el proyecto final, conozcamos los detalles, y entonces emitamos sentencias morales de altos vuelos. Mientras no tengamos toda la información estamos haciendo brindis al sol.