6 meses par renovar a Gayà y Soler y que el Valencia no haga el ridículo

El club debe sentir la presión del entorno, porque esto ya no es una cuestión deportiva, es de prestigio, de orgullo, de sentimiento de pertenencia

Toni Hernández | 29 DIC. 2021 | 09:00
Soler y Gayà

El Valencia tiene 6 meses para terminar las renovaciones de Carlos Soler y José Luis Gayà, y de esta forma, evitar un ridículo que sería poco menos que histérico. Los casos de Ferran Torres y de Kang in Lee, los últimos dos precedentes, tienen muy poco que ver con los actuales. Ferran y su gente tenían el ego en otro planeta, y plantearon cosas que no se podían admitir, y Lee quería jugar, algo que no había pasado con ningún entrenador de los que había tenido en Mestalla.

Pero Soler y Gayà son distintos, en todos los aspectos, y de forma pública, y también privada, siempre han manifestado que se quieren quedar, que no se plantean una salida, y que no van a poner problemas, siempre dentro de un orden. Un orden deportivo y económico, porque están en el mejor momento de su carrera deportiva y no lo pueden dejar pasar. Su valencianismo, que no se puede discutir, no es incompatible con este otro tema. Y por sus méritos fuera y dentro del campo se han ganado que todo el entorno tenga empatía y comprensión con ellos.

No me olvido de las palabras de Fernando Gómez, “si te quieres quedar, el dinero y el proyecto no deben importar tanto”, pero también tengo que entender que haya un mínimo de garantías de poder estar peleando con los mejores, que no siempre es fácil ni matemático. Pero lo que debe hacer el Valencia es sencillo: poner toda la carne en el asador, a todos los niveles, y hacerlo de verdad, con hechos, no sólo con palabras y filtraciones, como está ocurriendo hasta la fecha. Si dan un mínimo, que a nadie le quepa la menor duda de que ambos seguirán en el club, y encantados de ello. Pero ese mínimo no es negociable, de ninguna de las maneras, y si alguien no lo entiende, el final de esta historia puede que no le guste. Señor Peter Lim, que esto, con cabeza y un plan, es algo muy sencillo.