El final de Peter Lim en el Valencia, capítulo II

El final de Peter Lim en el Valencia es algo más cercano que lejano, pero creo que no inmediato. Esa es mi sensación, que no mi deseo, que son dos cosas completamente distintas, y que es como cuando juega nuestro equipo ante cualquier rival. Tú quieres y deseas que gane, pero tal vez, el rival que tienes enfrente es superior a ti. Vivimos unos tiempos en los que se debe tener mucho cuidado con lo que se dice, y cómo se dice, lo que no habla especialmente bien de nosotros como sociedad, aunque ese es otro tema, y mucho más complejo.

Todos queremos que el máximo accionista se marche, pero debemos ser conscientes de las cosas. Y sí, claro que hay “peros”, que la vida no es un cuento de hadas. Para que eso ocurra hace falta que llegue otro inversor y le compre sus acciones, algo que de momento no ha sucedido por dos motivos: el primero es que no él no quiere vender (al menos de forma pública), y el segundo es que nadie parece querer comprar “de verdad”. Lo que sí podemos “controlar” es lo que pase hasta ese momento, y ver en qué medida se puede acelerar el proceso, si es que eso es posible, algo que vamos a comprobar en las próximas fechas. La manifestación del pasado 11 de diciembre, con más de 15.000 personas en las calles de Valencia, es mucho más que un aviso para navegantes.

Cada encuentro en Mestalla va a ser un sufrimiento para la gente de Meriton, y es algo que no va a tener que ver con la marcha del equipo, que ojalá termine entre los cuatros primeros, que será bueno para todos. Está la vía legal, donde veremos si los jueces dictaminan que se han cometido delitos o no (insisto, prefiero mil veces que no se haya hecho nada ilegal en mi club), aunque esta lleva otros tiempos. Y también se debe contar con lo que haga el propio Lim… si es que no decide volver a quedarse quieto una vez más.