Un domingo de Navidad sin fútbol en Valencia

Es un día extraño, en el que uno se da cuenta lo muy enganchado que está a esto, y que su sentimiento anda muy por encima de muchas cosas

Toni Hernández | 26 DIC. 2021 | 07:00
Valencia en Navidad

Un domingo de Navidad, en Valencia, y sin fútbol. Quiero olvidarme por un rato de la maldita pandemia que nos está cambiando la vida de forma imparable desde hace casi dos años. Quiero pensar que estamos en 2019, en un 26 de diciembre, en el segundo día de Navidad, donde en mi casa se celebra con un cocido valenciano al estilo de Villena. Que todo es normal, que podemos salir a la calle a disfrutar de las luces, del ambiente, del color de estos días y de la compañía de amigos y familiares en tertulias de sobremesa que se alargan hasta hacer una merienda-cena en el mejor de los casos.

Y que sea domingo y no haya fútbol, que estemos en medio de un parón en el que no juega nuestro equipo. Cómo me ha cambiado la perspectiva de las cosas con el tiempo y con el contexto de las cosas. Cuando estaba al pie del cañón haciendo radio y tele, estos paréntesis eran oro puro, y hasta me podía olvidar a lo que me dedicaba. Ahora, lo confieso, lo echo de menos, porque me falta algo. Ya se me hizo largo el fin de semana pasado jugando el lunes, y este va a ser aún peor. Cada uno vive el fútbol a su manera, y quien suscribe, con el tiempo valoro mucho más lo que pasa en el verde que lo que ocurre fuera. Hay quien se empeña en convencer a todo el mundo que los partidos del Valencia se juegan fuera del terreno de juego en este momento, y yo le digo que, sin quitarle importancia a la grave situación que vivimos, la ilusión de empezar a ver a tu equipo cuando el balón empieza a rodar, al menos en un grupo de gente en el que me encuentro, no ha cambiado.

Hoy será un día de seguir comiendo cuando parece que no puedes más, de dar una vuelta para intentar bajar lo que serán 3 días de excesos sin frenos. Pero sobre todo será un domingo de Navidad, en mi ciudad, sin que mi equipo haya jugado o vaya a jugar. Los futboleros somos gente especial, no rara, y si fuéramos más “ingleses” para esto, los aficionados no íbamos a protestar, seguro.