Los periodistas no debemos ser protagonistas de nada, sino los que contemos las que cosas que pasan

Los periodistas, en esta caso los deportivos, no estamos para ser protagonistas de las cosas que pasan, sino para contarlas. Ese es nuestro cometido, nada más. Y todo lo que exceda de ese punto, es un foco que no nos pertenece, y que ya nos coloca en otro ámbito, con lo que no nos pueden considerar informadores, sino activistas de determinadas causas. Y no, no estoy diciendo que eso sea malo, simplemente afirmo que no es lo mismo, y que nuestra posición cambia de forma diametral. Ocurrió en el proceso de venta, donde había bandos en función de las ofertas, y los que pensaban en “colocarse” tras alguna de ellas, las defendían con el mismo ímpetu que atacaban a las otras.

Aquello se fue de madre, y derivó en amenazas físicas y morales, en heridas abiertas que no veo forma de cicatrizar, en muchas cuentas pendientes que estaña aflorando ahora de una forma imparable. Cada día doy gracias por no haber estado en primera linea en aquellos tiempos, porque habría sido tan responsable como todos de unos de los mayores desacatos de la historia del club, y no porque entrara Lim, sino por la forma en la que se dio todo aquel proceso. Nunca me considero un periodista al uso, sino un contador de cosas, que viene a ser algo parecido, pero no lo mismo. Ahora lo que veo es un activismo desaforado, en el que ya no sólo vale el hecho de tomar partido, que puede estar bien, sino que ha de completarse con el hecho de ir a por el contrario de forma descarnada. Y eso, en los medios de comunicación, no debería darse.

Tampoco digo que sean todos, pero es obvio suelos hay, y los que lo hacen lo saben, y si leen esto, es probable que alguno me odie más aún. Pero por decir la verdad, no porque le ofenda lo que pone. No, nosotros no somos nadie, sólo los notarios de la actualidad, como decía el maestro García. Y en tiempos tan convulsos, deberíamos más que nunca aferrarnos a contar lo que pasa, y no tomar partido ni alentar nada contra nadie, aunque la gestión de Meriton sea una basura y Anil Murthy un presidente indigno.