El clima de violencia verbal en el entorno del Valencia: vamos a parar

O todos nos paramos a pensar y seguimos debatiendo pero dentro de un orden, o terminará pasando algo de lo que luego nadie tendrá la culpa

Toni Hernández | 03 DIC. 2021 | 07:30
Mestalla

En el entorno del Valencia hemos generado, otra vez, un clima de violencia verbal que no tiene justificación ni tampoco sentido. Estamos llevando los argumentos deportivos y no deportivos a terrenos personales, y eso, hablo por propia experiencia, es algo que puede hacer mucho daño a mucha gente que no tiene nada que ver en todo esto. Partimos de una base peligrosa: todo el que no piensa como yo es un miserable, un vendido y un mamador. No parece una postura demasiado democrática ni que tenga pinta de unir demasiado al valencianismo, pero son ya demasiados los que desde hace demasiado tiempo han tomado esa deriva.

Ha habido mucho silencio desde otros sectores, que ahora, cada vez más, se ve quebrado porque llega un punto en el que muchos no aceptamos que nos impongan una forma de pensar, la que sea, y que seamos un atajo de mierdas por no hacerlo. Y cuando todo el mundo tiene razón, o eso creemos, se pasa al tema personal, y ese campo es muy pero que muy peligroso, porque hay familia, hay amigos, y lo más delicado, hay tarados. Llevo mucho tiempo pensando, y diciendo a algún buen amigo, que un día pasará algo, y en ese momento todos nos echaremos las manos a la cabeza y nadie, por supuesto, tendrá la culpa.

Pero lo pienso de todos en general. Se puede leer que hay que encerrar a Murthy en Mestalla y no dejarle salir, o darle un susto por la calle. O entre periodistas, que se está llegando a unos niveles que no recuerdo, y ha habido momentos que nos hemos llegado a agarrar de la pechera en medio de la calle, y no es una forma de hablar. El Valencia forma parte de la vida de todos, es algo sin lo que nos faltaría algo esencial, pero eso no justifica el tono desmedido que están tomando las cosas, por parte de todos, porque repito, al final ocurrirá algo, y vendrá los lloros y los lamentos. Y ponerle freno a eso es algo que nos incumbe sólo a nosotros.