La planificación deportiva del Valencia

Cuando ahora se juntan lesiones y sanciones, se pone el grito en el cielo por algo que ya sabemos, pero que tiene situaciones extremas

Toni Hernández | 30 NOV. 2021 | 07:00
Mouctar Diakhaby

¿El Valencia ha hecho una mala planificación deportiva para la campaña 21/22? La pregunta tiene su miga más allá de una contundente respuesta afirmartiva. Partimos de una base clara, y es que además de otros refuerzos, un central y un medio centro (preferiblemente defensivo, aunque puede ser otra cosa), eran algo que debía estar a las órdenes de Bordalás. Había nombres claros, propuestas del técnico y negociaciones de la dirección deportiva, pero el dinero marca lo que se puede y lo que no se puede, junto con otros factores al margen, por supuesto.

La plantilla arrastra unas deficiencias desde 2020 que son evidentes. Ese verano salieron Parejo y Coquelin, y un poco más tarde Kondogbia. El centro del campo casi por completo. Desde ese momento no ha venido nadie. La vuelta de Uros Racic después de una cesión (que está viviendo un preocupante estancamiento) y la reconversión de Hugo Guillamón. Con eso parcheas, no solucionas nada. Esas carencias estaban claras, y se supone que se ponían soluciones en enero. Pero cuando las circunstancias puntuales se convierten en problemas, el análisis pierde peso.

Si Thierry Rendall está lesionado y Foulquier está sancionado, ¿cuántos laterales derechos debemos tener en la plantilla? Si Gabriel Paulista está lesionado y Mouctar Diakhaby sancionado, ¿cuántos centrales tiene que haber, cuando además puedes poner a Guillamón en ese puesto? La planifiación no podemos decir que sea mala, pero es obvio que faltan muchas cosas. Y que el problema no arranca este verano, sino el pasado. Y que por supuesto el único culpable es Peter Lim. Y el único que puede solucionarlo, dicho sea de paso.