El objetivo del Valencia y la exigencia del entorno

En agosto era competir bien en cada partido... y en noviembre, camino de diciembre, sigue siendo el mismo aunque a veces lo olvidemos

Toni Hernández | 29 NOV. 2021 | 07:30
José Bordalás

El objetivo del Valencia en la temporada 21/22 sigue siendo motivo de debate, y como no podía ser de otro modo en nuestro entorno, de controversia. El comienzo fulgurante del equipo dio paso a unas expectativas absolutamente inverosímiles, porque este equipo no puede ganar la Liga de ninguna de las maneras, y luego vino la nefasta racha de 7 partidos sin ganar, que sacó el perfil agorero a flor de piel, y ya pasamos a firmar el no bajar como máxima prioridad. Y ni una cosa ni la otra, está más que claro.

Antes del octavo partido después de esos 7 sin vencer, el calendario marcaba como rivales al Villarreal, Atlético de Madrid y Real Sociedad, y alguno llegó a decir que Bordalás se estaba jugando el puesto en esos duelos, que poco menos que se daban por perdidos antes de jugarlos. Lo superamos con un 5 de 9 y después vino el partido del Rayo. Lo normal puede ser una cosa, y el fútbol, como tantas y tantas veces, otra muy distinta a la que todo el mundo espera. Y el problema viene en gran medida porque olvidamos lo que debe ser realmente el gran objetivo: competir en cada partido. “Eso es de ser conformistas, porque el Valencia siempre debe aspirar a lo máximo”.

La camiseta no gana partidos, por si alguno no se había enterado, y montarnos películas sobre lo que debemos ser por lo que hemos sido, no ayuda a nadie. Aquí no hay más mañana que el siguiente partido, y no hay mayor título que vender al rival que tenemos delante cada semana. Ese y no otro debe ser el gran objetivo de esta plantilla, con pasos cortos, muy cortos, y con la ambición de los 3 puntos que hay en juego, sin mirar más allá, porque simplemente no estamos preparados para eso en este momento. Eso se llama proyecto, se llama fútbol, se llama tener paciencia, y son cuestiones fundamentales a la hora de construir algo de lo que podamos disfrutar durante mucho tiempo.