¿Qué significaría para el Valencia la renovación de Soler y Gayà?

¿Tenemos claro lo que significaría para el Valencia, el entorno y dentro, que se cerrara la renovación de Carlos Soler y José Luis Gayà? No podemos verlo sólo con ojos deportivos, que está claro que estamos hablando de dos pedazos de futbolistas como la copa de un pino, sino como algo mucho más importante y trascendente. Ellos, más allá del balón, son dos referentes para el valencianismo, para la escuela, para el aficionado que sigue creyendo en las historias maravillosas de tipos comprometidos que son tan del equipo como cualquier de nosotros.

“En el fútbol se está perdiendo la lealtad y el compromiso”, decía Gayà hace unos días, cuando contaba que “me fijaba cuando era niño en quien jugaba de delantero, siempre en David Villa porque era el que marcaba todos los goles, era mi ídolo, y también David Albelda por lo que ha significado como capitán dentro del Valencia, el respeto que generaba y como encendía a la afición transmitiendo valores”. Eso no lo dice un tipo que no ha mamado esto, y tiene muy claro quién es quién. Ambos podríamos ser cualquiera de nosotros, porque todos hemos querido vivir su sueño, su vida, jugar en nuestro equipos, ser capitanes, ganar títulos, que Mestalla, lleno de tu familia y tus amigos, corease tu nombre.

¿Eso cuánto dinero vale? No tiene precio, sin duda. Para todos, porque cuando renuevan los buenos nos alegra. Pero si encima los buenos son de aquí, mucho más. No se trata de pagar lo que no se puede, porque eso ahora mismo, con el Fair Play Financiero, es absolutamente imposible. Sino de poner en valor lo querría decir para todo y para todos. El club mandaría un mensaje ambicioso, se supone que el proyecto deportivo sería bueno en el corto plazo, la escuela se vería reforzada porque se puede llegar y se puede triunfar… y todos, de alguna forma, nos frotaríamos los ojos, porque nadie las tiene todas consigo para ver a los dos jugadores aquí más allá del 30 de junio.