El aplauso de Mestalla a Dani Parejo

El que fuera capitán del último gran Valencia, que fue echado por Meriton de malas maneras, regresa otra vez, pero ahora, con público

Toni Hernández | 30 OCT. 2021 | 07:30
Dani Parejo

Dani Parejo vuelve a Mestalla, y esta vez, el estadio del Valencia puede estar lleno hasta la bandera. El curso pasado ya estuvo aquí, pero por las restricciones de la pandemia, no había nadie en las gradas. No vive esa sensación desde el 29 de febrero de 2020, cuando el de Coslada jugó en su “casa” el último encuentro “normal”. Ganamos 2-1 al Betis, y él marcó un gol. Salió de aquí de una manera que jamás se debió dar, por muy necesaria que fuera su salida por temas económicos, y hasta deportivos si es que pretendíamos jugar a otra cosa, que visto lo visto, no era el caso.

Pero Meriton sacó la guillotina sin control, como tantas veces, y se llevó por delante a un tipo que le había dado la vuelta a su situación en el Valencia de una forma inverosímil, pasando de estar en la picota cada día por todo, a ser un icono. Su imagen llorando en Sevilla en la final de Copa tras lesionarse, y luego, levantando el trofeo, quiera Anil Murthy o no, es parte gloriosa de la historia del Valencia. Y en ella figura Dani Parejo. Critiqué su salida, porque como todos, no la entendí. De hecho, recuerdo llamar a Arturo Canales, su agente, y decirle si todo era una broma o alguna información malintencionada por parte de alguien antes de ser oficial. Que por primera vez en 20 años no me contestara, fue la respuesta más clara.

No me ha parecido bien tampoco que Parejo sacara tantas veces el nombre del Valencia a pasear. Si alguien le hizo algo fue Peter Lim o Anil Murthy, y a ellos debió dirigir los cañones. Pero incluso hay una foto del presidente y el ex capitán saludándose, lo que hace que uno se quede un poco descolocado ante ciertas situaciones. Pero más allá de todo esto, hoy vuelve un tipo que dio gloria al Valencia, que fue un referente y un capitán, y al que no se pudo despedir en su día. Merece un aplauso de todos, sin duda. Y luego, por supuesto, a por la victoria y a llevarse por delante lo que haga falta, que el amor dura hasta que el árbitro pita el comienzo del partido, no lo vayamos a olvidar ahora.