Darle palos a los no titulares del Valencia

Estamos asistiendo a una especie de linchamiento de aquellos jugadores del Valencia que no son titulares habituales. En una semana, lo que va de un domingo a un sábado (los partidos del Madrid, Sevilla y Athletic), hemos pasado de tener opciones fiables para el equipo, a contar con un banquillo que no tiene nivel ni para jugar en Primera División. Que somos así, lo tengo claro, del cielo al infierno en medio segundo y sin respirar, pero eso no puede justificarlo todo. Hay jugadores que no contaban para Bordalás, que el técnico los quería fuera porque pensaba en otros perfiles.

Aunque eso sí, siempre y cuando vinieran otros jugadores. No se pudo sacar a determinada gente, otra no quiso irse, y con la cantidad de bajas que hay, más los estados de forma puntuales de algunos jugadores, lo que hace el técnico es disponer de los recursos que tiene. Y eso, parece ser, también nos viene mal. Hay jugadores como Piccini o Álex Banco que lo van a tener imposible para jugar, pero que aquí están. Jason Remeseiro se ha encontrado con minutos porque el plan que había con Yunus Musah, que jugara por dentro, se ha venido abajo porque la banda derecha se ha caído a trozos.

A Lato se le exige ser como Gayá aunque sólo juegue cuando el de Pedreguer está lesionado. Manu Vallejo debe marcar siempre que sale del banquillo. Y así con todos. Luego hay gente que no está bien, como Uros Racic o Hélder Costa, y esos lujos, esta plantilla, no se los puede permitir. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta el escarnio que se da con determinados jugadores. El equipo necesitaba fichajes el 31 de agosto y después de las 4 primeras jornadas lo mismo que ahora con 3 partidos sin ganar. Menos dramas y más sentido común.