El gran fichaje del Valencia

El gran fichaje del Valencia este verano, incluso por encima de los jugadores que puedan venir antes de que empiece la Liga, es José Bordalás. Confieso que no era el que más me gustaba, porque su fútbol, incluso su carácter, no es el que más se acopla a mi forma de ver este juego. Pero igualmente digo que era lo que estaba necesitando esta plantilla y este club por encima de cualquier otro perfil. Un tipo hecho, veterano, casi de vuelta pero que no ha dado una gran campanada con un grande, ambicioso y con las ideas muy claras.

Puede que sencillas, pero cristalinas, que al final es de lo que se trata. Y además está transmitiendo una paz deportiva que se echó mucho de menos el año pasado. El Valencia necesitaba un líder que tirara de la plantilla, y desde luego, el técnico alicantino reúne todos los requisitos para serlo. Y de ello está ejerciendo hasta la fecha. Antes de venir negoció muchas cosas. Sus agentes son valencianos, conocen muy bien la casa desde hace muchos años, y está claro, miraban con recelo lo que pasó el año pasado.

Bordalás estaba dispuesto a muchas cosas por sentarse en el banquillo de Mestalla, pero con mínimo de garantías de poder hacer algo destacable más allá de cumplir con el expediente. Está dando esa paz de la que hablábamos, y también esa pausa en cuanto a las llegadas que tanto falta siempre cuando las cosas no están cerradas en el mes de julio. Porque un entrenador es muchas cosas, no sólo el que hace el equipo titular en cada partido. Si las cosas le acompañan, puede ser un buen año del equipo. Uno bueno, sin ponerle nombre a nada, que más que nunca debemos ir partido a partido. Y no, esa frase no la inventó Simeone.