Señor Javi Gracia, por favor, sea usted el entrenador que necesita el Valencia, al menos hoy

Más allá de seguir o no, querido entrenador, lo que debes dejar es el mejor recuerdo posible, y eso pasa por hacer las cosas con sentido común

Toni Hernández | 24 ABR. 2021 | 08:30
Javi Gracia

Querido Javi Gracia, entrenador del Valencia, te quería pedir un favor como aficionado valencianista a este club que soy desde el día que nací. Cuando llegaste, fui de los que pensaba que eras el adecuado para el contexto que se iba a dar. Cuando te mintieron, me puse de tu lado, porque la razón sólo tiene un camino. Cuando llevaste a cabo ese amago de dimisión, condenado al fracaso, me llevé la primera decepción, porque si no podías ganar esa batalla, era absurdo acudir a ella.

Tu melancolía, tu cara triste, tu sensación de pasotismo, de buscar que te echan (que tampoco lo veo tan claro como mucha gente), me molestaron, como a todo el mundo, pero aún así, intenté empatizar contigo. Valoré que el equipo creciera en ciertos aspectos, que se viera algo identificable en algunas ocasiones. Pero desde febrero, cuando ya tuviste esos fichajes que pediste aunque no participaste en la elección, me has dejado desorientado. Y soy de los que le cuesta poco ver algo positivo enseguida, porque al final, lo bueno que le pase al Valencia es como si me pasara a mí mismo.

Lo que llevas haciendo en las últimas jornadas no lo entiendo, y mejor no lo califico, porque si te voy a pedir algo, tampoco te puedo faltar al respeto en la misma frase. Simplemente te ruego que seas el entrenador que el equipo necesita, que los jugadores necesitan, que esta situación demanda. Que salgamos a jugar contra el Alavés teniendo claro lo que debemos hacer, y con los mejores jugadores, no importa cuándo hayan venido o de quién sean. Sólo te pido que seas ese tipo que nos hizo ilusionarnos el verano pasado con algo que fuera más que sufrir y sufrir. Normalmente no seguirás, pero vete de la mejor forma posible, que aquí, por encima de todo, somos gente agradecida y sin maldad.