Un Valencia acostumbrado a tirar de arrojo

El Valencia vive en una moderada tranquilidad en la tabla, la clasificación es absolutamente lamentable pero la encarnizada lucha entre los equipos de la parte baja hace que sea muy complicado que el equipo de Gracia vuelva a meterse en la pelea por el descenso. Pero hay que ser francos, el Valencia solo ha podido sumar dos puntos de los últimos nueve, ante rivales como el Cádiz, la Real y el Betis. El bagaje vuelve a ser muy decepcionante y deja a las claras que la plantilla y el técnico viven acomodados en la nula exigencia. Ya se ha demostrado muchas veces que la plantilla es corta y quedó muy debilitada el pasado verano, pero también que hay equipo para estar mucho más arriba en la tabla.

Esto es una realidad por mucho que Javi Gracia siga mostrando un escenario de dificultades. Estamos viendo un Valencia de dos caras bien diferenciadas, el que entra mal a los partidos y está a merced de los rivales es uno. Todo cambia cuando el equipo recibe los primeros golpes, en los dos últimos partidos el Valencia tiró de arrojo y fue superior a su rival en la segunda parte. Es un punto a analizar ya que es algo que se ha repetido en numerosos encuentros, sobre todo lejos de Mestalla. En muchos partidos no llegó para sumar pero estas reacciones existieron.

Lo que también debemos reconocer es que pocas veces estas reacciones o remontadas han venido motivadas por acciones contundentes desde el banquillo, Gracia no sabe modificar las dinámicas del juego con sus cambios. Ha sido el amor propio y el trabajo de muchos jugadores lo que a la postre fue decisivo, el equipo lo intenta a nivel individual y hay más calidad de lo que se cree.