Meriton me importa un carajo, que se vayan, pero el Valencia es intocable, ¿está claro?

Harto ya de mucha gente que hace todo irrespirable, que sólo aceptan una forma de pensar, pero olvidan qué es lo importante

Toni Hernández | 19 ABR. 2021 | 09:00
Mestalla

Meriton me importa un carajo, lo que le pase a Peter Lim y a Anil Murthy, tres cuartos de lo mismo. He creído en el máximo accionista, he dicho que ha sido mejor que peor para el club, y mal que les pese a muchos, así ha sido. Al menos hasta el verano de 2019, cuando se tomaron derivas que no tienen sentido, y que hasta ahora, no sólo no se han corregido, sino que se han agravado. Su tiempo aquí se ha terminado, y lo mejor que podría pasar, para el bien de todos, es que Lim vendiera su 85% de acciones del Valencia y aquí paz y allí gloria.

Hablé con Lim varias veces hace 6 años, e incluso hubo una época en la que al menos escuchaban, pero de eso ya hace más años que cuando llegó Mateu Alemany al club, para situarnos. No he hablado en mi vida con Anil Murthy, ni tengo intención, y no entiendo qué hace todavía como presidente del Valencia. No me deben nada, y no les debo nada, con lo que puedo opinar libremente lo que me dé la real gana sobre lo que pasa en mi club.

Dicho todo esto, que parece que hay que llevarlo escrito en un cartel luminoso encima de la cabeza, lo que también tengo muy claro es que el Valencia es intocable, y que su bien está por encima de todo. Y de todos. Y de ese burro no me va a bajar ningún maleducado ni matón de saldo que anda por las redes sociales cual justiciero. El Valencia, EL VALENCIA, debe acabar el Nuevo Mestalla. Con Meriton o sin Meriton, pero debe terminarse. Y para eso, porque es un proyecto que nació en 2006, tenemos que tener todos muy claro que las bravuconadas están muy bien de cara a la galería, pero no aportan nada.

¿Hay que echar a Lim? Vamos a echarlo, adelante. Pero con un planteamiento real, sensato, y con el cabreo bufandero de toda la vida, que está bien, pero que tampoco aporta nada. Meriton no es el Valencia, aunque ahora mismo decida su destino. Si a algunos no les da para ver la diferencia, es su problema. Pero que el dedo con el que señalan a los que somos libres se lo metan en el ojo. En el que ojo que quieran, me da lo mismo.