Guerras y egos en el Valencia, siempre por encima del Valencia

Las guerras intestinas y los egos personales son una lacra mucho más devastadora en el Valencia que cualquier máximo accionista que tenga una política deportiva, económica y social errática. Eso es algo que tengo muy claro desde hace muchos años, que nos debilita de una forma que no nos damos cuenta. Y lo peor de todo: pasan de forma constante, en muchos casos con las mismas personas, y parece como si tuviéramos ataques de amnesia que nos hicieran olvidar todo lo que hemos hecho mal en el corto espacio de tiempo.

Ver cómo está terminando la plataforma “De Torino a Mestalla” es un ejemplo ilustrativo. Aunque si soy sincero conmigo mismo, nada absolutamente de lo que está pasando me sorprende, de alguna forma se veía venir, y así lo hemos dejado escrito aquí en diversas ocasiones. Desde el minuto cero de este proceso se ha dicho que la primera condición era dejar a un lado problemas del pasado, rencillas que están latentes pero que no iban a aportar nada.

Después, y eso es algo igualmente vital, a la par que complicado, que las caras sean nuevas de verdad, que no estén “los de siempre”, porque precisamente esa presencia es la que genera gran parte de todo lo anterior. Al final, todo ha saltado por los aires, y no aprendimos. Y sobre todo no tenemos claro que sin todos no somos nadie, que el Valencia no se puede construir sin que quepan todos los que son, aunque no comulguemos con algunos o con muchos. Mientras no seamos capaces de llegar a ese punto, lo seguiremos teniendo igual de difícil, y no nos hará falta tener a ningún Lim para que esto sea así.