Alguien debe hablar con la plantilla del Valencia, y claro, y calmarles, que nos jugamos el cuello

Alguien que tenga mando real y autoridad reconocida en el Valencia, tanto por los que mandan como por los que "obedecen", debe bajar al vestuario del primer equipo (y también el del filial), y transmitir algo básico en el fútbol (y también en la vida): confianza. En muchas ocasiones, en muchísimas, la diferencia entre ganar o perder radica precisamente en eso, en la confianza que tengas en ti mismo, en la que te trasladen los que mandan, los que toman las decisiones, los que en definitivo deciden el rumbo de muchas cosas.

El Valencia de Rafa Benítez no tenía más plantilla ni mejor equipo que el Barcelona de Ronaldinho o el Madrid de los galácticos, y la confianza nos hizo ganarles dos ligas en tres años. No estoy hablando ahora mismo de que vayamos a pelear por algo tan grande como eso, ojalá, pero es que asegurar cuanto antes la categoría, aunque nos sonroje sólo con pensarlo, equivale ahora a lo mismo que aquellos títulos de entonces. Pero volviendo a la cuestión, alguien con peso y ascendencia debería entrar en ese vestuario y hacer lo que tiene que hacer. Y responder a muchas preguntas que están en el aire.

Y hacer eso no es fácil, vaya que si es difícil. Ese sitio es sagrado de verdad, y todo el mundo no es bienvenido más allá de los mínimos de educación que se puedan dar. Cuando esa persona entra es porque se ha ganado el acceso, por muchas cosas. No sé si alguien en este Valencia tiene ese estatus, pero quien sea debe transmitir calma a una gente que vive poco menos que en estado de histeria desde hace ya demasiados meses. Y esto se tiene que acabar, cuando antes, de la mejor forma posible. O al menos sin pasar más vergüenza, que ya está bien.