Javi Gracia, entrenador del Valencia: cosas buenas y otras malas
Pegar bandazos en función de los resultados es de ser un hipócrita, y como suele pasar, siempre hay un poco de todo en estos análisis
Javi Gracia debe ser cesado como entrenador del Valencia. Es lo que servidor decía la semana pasada después el partido contra el Getafe. Expuse mis argumentos, y siempre desde la premisa de que me hubiera gustado ver al navarro en un Valencia "normal", está claro que esto le ha sobrepasado y mucho en muchos aspectos. Pero que el equipo no se caiga nunca, que marque tantos goles del minuto 80 en adelante, y que siga vivo pese a todo, no se puede negar que es algo que le toca a él.
El partido contra el Villarreal fue quizá el mejor de la temporada. Por todo lo que se dio durante los 90 minutos. Pero quizá, lo más importante es que el equipo fue constante durante todo el encuentro, no cejó en la manera de ir a por los puntos, y el entrenador supo darle lo que necesitaba en los momentos adecuados. Quizá desde el sillón de casa yo hubiera hecho algún cambio antes, pero es obvio que al final, lo que vale, es el resultado final. Y ese es totalmente indiscutible.
A Javi Gracia le han pasado muchas cosas que no esperaba, muy injustas, y él ha cometido muchos errores que tampoco tocaban. Pero no reconocerle que ha aportado su grano de arena a que esto no sea un caos absoluto no procede. No creo que sea el entrenador del Valencia el año que viene, por muchas cosas, aunque repito, me gustaría haberle visto en un contexto un poco menos loco que el actual, con más normalidad deportiva. Veremos qué decisiones se toman respecto a él en el corto plazo de tiempo.