Soluciones para el Valencia (sin contar que Peter Lim venda)

Podemos gritar al viento todos los días que el máximo accionista se vaya, y también pensar, mientras eso pasa o no, en cómo solucionar cosas

Toni Hernández | 02 MAR. 2021 | 08:00
Fernando Gómez

¿Hablamos de soluciones para el Valencia actual? Digo más allá de pedir de forma constante que Peter Lim se vaya, que eso pasará cuando venga alguien y pague por sus acciones, y además, se haga cargo de la deuda del club y de los compromisos que tiene la entidad, como por ejemplo, terminar el Nuevo Mestalla. Esto lo podemos cifrar en unos 600 millones de euros a varios plazos, corto, medio y largo, pero es la realidad que no queremos ver cuando nuestra indignación y nuestro valencianismo nos va por encima de la razón.

Esto da igual que se diga muchas veces, no se quiere entender. Pero más allá de todo esto, uno se pone a pensar en qué soluciones puede tener este Valencia para seguir caminando con Peter Lim como máximo accionista. Y quizá no están tan lejos, recursos económicos al margen. Fernando Gómez, o si alguien le tiene manía (que de todo hay), un perfil similar (valencianos no me salen tantos), tendría que ser el hombre que uniera al club con la propiedad, el que dirigiera la parte deportiva, y el que fuera el que, como ha pasado estos días, se reuniera con los jugadores.

Que tuviera las atribuciones con las que en su día contó Mateu Alemany. Un tipo preparado y formado, con predicamento en el entorno, con amigos, pero sin enemigos. Eso, de entrada, calmaría las aguas y le pondría cordura a muchas cosas. Ricardo Arias no debe ser un embajador, debe ser un representante real del club en todas partes. Una figura que cuando hable, sea escuchada con atención, y que cuando vaya donde sea, se convierta en la imagen del Valencia. Richard en estado puro es uno más de nosotros, él es una leyenda y nosotros, no.

Y con ellos, una estructura a la que incorporar más gente, de casa, válidos, y que en muchos casos hasta trabajarían gratis por el Valencia pensando en sacar al club del punto marciano donde está, que tampoco tengo muy claro con qué nombre definirlo. Y desde luego, aprovechar a la mucha gente válida que todavía queda en el club, que la hay, y a la que hay que ayudar en muchos aspectos. No es tan complicado, sólo hay que tener la voluntad de hacerlo.