Condicionantes encadenados en la crisis del Valencia

Vivimos la peor situación de la entidad en décadas, se han juntado demasiados condicionantes que están afectando de manera directa al rendimiento deportivo

Jose Hernández | 17 FEB. 2021 | 07:55
Afición del Valencia

La crisis del Valencia tiene un culpable claro, pero hay que reconocer que la concatenación de varias circunstancias ha provocado que los problemas se vuelvan más preocupantes todavía.

Las intenciones de Meriton

Sin la menor duda la base de los problemas se sitúa en Meriton y sobre todo en Peter Lim. Durante años se pudo creer que al margen de hacer negocios el singapurense tenía algún propósito de construir un equipo importante. Engañó a unos pocos durante un tiempo pero al final sus decisiones han terminado demostrando que las intenciones eran demasiado interesadas y oscuras. Pero sabiendo eso, tampoco se explica que sus maniobras estén siendo tan torpes en todos los sentidos. Ha dilapidado el club y la caída sin frenos es realmente peligrosa. Con el primer equipo haciendo una campaña catastrófica y el filial navegando en el descenso, al Valencia CF le ha tocado bailar con un auténtico enemigo metido en casa: Peter Lim.

La crisis del COVID

Es una cuestión que afecta a todos los clubes pero al Valencia le llegó en un momento más complicado si cabe. Meriton terminaba de despedir a Marcelino y Mateu Alemany, y cuando el ambiente ya era duro llegó la pandemia con lo que eso supuso. La propiedad pone este tema como excusa de los recortes, pero esa afirmación no se sostiene al 100% ya que meses antes ya se había empezado a tomar decisiones estrambóticas.

Mestalla vacío

Es consecuencia del punto anterior pero al Valencia le está afectando demasiado. Por un lado Mestalla siempre ha sido un estadio en el que su afición aprieta demasiado, en los momentos difíciles el equipo se encuentra huérfano. Y en un segundo plano, hay que reconocer que con público la presión social hacia Meriton sería asfixiante y casi con toda seguridad estaríamos viviendo una realidad muy distinta. Todavía más crispada pero diferente.

Falta de referentes

Ni existen cabezas visibles en el club que puedan marcar el camino ni el entrenador tiene la fuerza suficiente. En el vestuario hay varios jugadores que intentan aportar liderazgo pero los problemas son demasiados. Muchos futbolistas viven acomodados dentro de un club en el que la exigencia deportiva brilla por su ausencia.