El Valencia hace lo que debe hacer en Yecla y sigue en la Copa

El Yeclano - Valencia de Copa comenzaba con un once de Javi Gracia, en teoría, más fiable que en Terrassa. Debutaba Sibille del filial, pero estaban Lato, Racic, Guedes, Lee… Y lo cierto es que el partido empezaba muy distinto a la primera ronda. Y a las 7 minutos, tras una buena jugada de Guedes, en segunda instancia, dejaba un remate franco a Lee, que marcaba el 0-1. Y en el minuto 8, después del rechace de una falta, Racic le pegaba un derechazo que, con la ayuda del portero, se convertía en el 0-2. Nada que ver con otros comienzos de todo el año.

Un buen arranque y a ver el encuentro de otro modo. Llegados al minuto 20, la sensación era que, apretando, podían caer más goles, con el equipo jugando cómodo y llegando bien. Había buenas noticias, como un buen nivel de Lato, un Racic que hace falta como el respirar, Guedes con ganas… Pero faltaba matar, y el Yeclano, en una jugada aislada, mandaba el balón al travesaño en el 27. Y en el 34, con una buena jugada que empieza Guedes y que culminaba Manu Vallejo con una gran asistencia, permitía el 0-3 obra de Rubén Sobrino. La primera parte era la que tocaba, sin más, y es lo que todos esperamos de un equipo como el nuestro en un encuentro como este. Con el 0-3 terminaba la primera mitad.

La segunda parte comenzaba sin cambios y con la duda de cómo se iban a tomar los equipos el resto del choque. Pero un fallo calamitoso de Correia permitía a los locales recortar distancias. Un remate inapelable. Y como el fútbol es muy grande, después de una pifia impropia, Correia ganaba la espalda de un defensa tras un pase de Guedes, y de un buen remate, hacía el 1-4 en el 53. El tanto disipaba dudas y fortalecía a un chaval que lleva demasiado carrusel de cambios en todos los sentidos. Racic se marchaba en el 60, dando pistas para Valladolid, y entraba por él Esquerdo.

También entraba Jason por Lee. A falta de 20 minutos, el partido estaba claro y ya había caído mucho, que realmente era a lo que se podía aspirar antes de empezar. En el 73 se marchaba Lato y entraba Gayà. Koba se marchaba en el 79, con el gemelo en el cielo, y entraba por él Carlos Soler. De ahí y hasta el final, pasaban los minutos y absolutamente nada más. Al fin y al cabo era lo que buscaban ambos equipos. Se sigue vivo en la Copa del Rey, y ahora toca pensar en el partido del fin de semana en Valladolid, que es poco menos que clave.