Un trasfondo muy peligroso para el Valencia CF

Opinión/ El tema del Nuevo estadio es muy revelador y refleja a las claras el pulso de Meriton con la afición y gran parte de la sociedad valenciana

Jose Hernández | 25 NOV. 2020 | 08:00
Nuevo Mestalla

Una de las cosas que más avergüenza a los valencianos es el estadio de la Avenida de las Cortes, un cementerio de hormigón que descansa desde hace más de una década sin que se encuentren soluciones. Evidentemente la historia es muy larga y los despropósitos comenzaron mucho tiempo antes de que Meriton apareciera en escena, pero lo cierto es que con la llegada de Peter Lim parecía haber una luz y el traslado del Valencia a su nueva casa estaba en el horizonte. Se vendió esa idea e incluso se prometió que el estadio estaría listo en 2019, palabras vacías tal y como el tiempo ha demostrado. No se firmaron obligaciones para que los nuevos propietarios ayudaran a cerrar este problema y el resultado es el actual.

Ahora el Ayuntamiento ha dicho basta y lógicamente está intentando poner de su parte de la única forma que puede: presionando para que se cumpla la ley e instando (por enésima vez) a Meriton a que presente un plan definitivo y comiencen las obras. Ni siquiera se habló en los últimos meses de hechos concretos o ultimátums, pero en vistas de que la acción por parte de Meriton ha sido nula, resulta más que razonable que se empiecen a tomar medidas. Peter Lim ha optado por la inacción en todos los sentidos, utiliza activos deportivos para tapar los agujeros de su penosa gestión y además no demuestra ni el más mínimo gesto que pueda devolver la confianza hacia él.

Las autoridades han recibido la misma contestación que la afición en tantas ocasiones del pasado: el desprecio del silencio como respuesta. Se puede decorar el enfrentamiento como una persecución del consistorio hacia el Valencia CF como institución, pero no hace falta ser demasiado agudo para entender que esto no es así. Independientemente del color político o las presiones que siempre ejerce en la sociedad un mundo como el del fútbol, el trasfondo del problema refleja que una parte de los bandos no ha cumplido con nada de lo que prometió.

El tiempo apremia y Meriton sigue con su "camino a ninguna parte", utilizan su poder accionarial en la institución para mostrar músculo en medios de comunicación extranjeros al mismo tiempo que silencian al pequeño accionista (las maniobras relacionadas con la Junta de accionistas y los rumores sobre el descuento en el pase se suman a los despropósitos). Mientras tanto la incertidumbre sigue entre la afición y se traslada a todas aquellas personas preocupadas por el futuro de un estadio que, a día de hoy, solo es un lunar vergonzoso para la ciudad. ¿Hasta cuándo seguirá este pulso innecesario? ¿Se cumplirá la ley si continúa la pasividad de la propiedad? Meriton tiene la última palabra.