Jaume Doménech, siempre Jaume Doménech
El portero valenciano está cuando se le necesita, cuando las cosas siempre se tuercen, cuando no hay más plan que él mismo
Jaume Doménech es historia viva del Valencia. Sí, por más que alguno se tire las manos a la cabeza. Es el típico jugador del que nadie podrá hablar mal dentro de 30 años, del que todo el mundo tendrá un grato recuerdo, que estará fresco en la mente de todos los que ahora son jóvenes porque fue el portero de su primer título, el que se subió al larguero en Sevilla, el valenciano que cumplió el sueño que todos hemos tenido de niños.
Un veterano ya, ha cumplido 30 palos esta semana, que llegó al Valencia en 2013 sin hacer ruido, que siempre da la cara, que nunca se queja, que rinde cuando se le pone y aporta cuando no. Y que claro, tiene fallos, porque no es el mejor del mundo. Aunque nadie dice ni piensa eso, ¿estamos de acuerdo? “Debería jugar Cillessen y no Jaume”. Un razonamiento extendido en el entorno del Valencia. La decisión la toma Javi Gracia, y tampoco nadie cuestiona que el mejor Cillessen es mejor que el mejor Jaume.
Aunque el problema es que la versión TOP del holandés aquí no la hemos visto. El Gato siempre está, nunca falla. Para jugar finales o para comerse marrones, pero siempre con una sonrisa y siendo alguien esencial dentro del vestuario, además de uno de los capitanes que ejerce de ello en la sombra. Como he dicho mil veces, no soy imparcial, porque es mi amigo, pero todo lo expuesto es incuestionable, lo mismo que el fallo grave del otro día contra el Getafe, que aquí se dice todo. Siempre Jaume Domènech, siempre. Y siempre esos perfiles en la plantilla de mi Valencia.