Meriton, la gestión del club como empresa, y la gestión del Valencia como una emoción

Sociedad Anómina Deportiva... tres palabras que encierran muchas cosas, y que se deben entender para poder estar al frente de un club profesional

Toni Hernández | 16 AGO. 2020 | 09:00
Mestalla

Meriton, Peter Lim, salvó al Valencia en 2014 de un pozo al que estábamos abocados. El proceso de venta fue todo menos bueno, pero quizá, sin todo el ruido, el final podía haber sido mucho peor. He dicho muchas veces que cuando Lim llegó por primera vez a Mestalla sentí vergüenza ajena, con aquel recibimiento que no podía entender. Nos estabilizamos, pudimos pagar, fichar, equilibrar cuentas, devolver préstamos a los bancos... Lo que era inviable antes de su llegada, porque estábamos al borde de la destrucción total.

Ese día, Lim pudo ver a una afición entregada, absolutamente volcada. Ese día era para gestionar emociones, para contratsar el activo humano de este club. En 6 años, todo no puede haber cambiado tanto, de forma tan radical, no puede haber olvidado aquel día. Yo no lo olvido. Gestionar eso es tan importante como hacerlo con los balances, que aunque se diga en medio de muchas cosas que no tocan, es primordial. Pero una cosa sin la otra no tienen sentido ni futuro.

Sin Europa hay que rebajar costes, aligerar salarios y plantilla, tirar de cantera y tener estudiado el mercado para traer a gente barata con hambra. La fórmula es más vieja que andar, aunque debes estar listo para llevarla a cabo. Pero si esa gestión no la llevas aparajeda a que tu gente, les emociones, entiende lo que haces y las razones, lo acabas conviertiendo todo en una guerra civil que no se ayuda a nadie. Más allá de gatos escaldados y anécdotas que no suman, pongamos remedio a los problemas.