"Mestalla es mucho más que una acequia, Peter"
Nuestro colaborador Ramón Albors nos vuelve a dar su visión sobre el club y su propietario, desde una óptica empresarila y con sentimiento
Cuando nuestro querido Peter Lim vino a Valencia por primera vez a conocer el juguete que terminaba de adquirir, seguro que la Fundación, que regentaba el club en aquel momento, le llevó al Bar Torino, donde se fundó nuestro club, y donde nació un “sentiment “: el valencianisme. Naturalmente lo debieron de llevar a Mestalla, y el bueno de Peter debió preguntarse de donde venía ese nombre. Supongo le explicarían que era el nombre de una de las ocho acequias que riegan la huerta de Valencia, que fluye junto al estado, de la que tomó su nombre.
Las aguas de Mestalla andan revueltas y no son precisamente las de la acequia. Y es que MESTALLA es mucho mas que una acequia, e igual en Singapore todavía no se han enterado. Mestalla representa un “sentiment” que ha llevado el nombre de esta ciudad, igual que la Paella y las Fallas, por los cinco continentes y posiblemente un día la UNESCO nos nombre “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”, como ya hicieran con las Fallas, porque lo que hemos tenido que aguantar los valencianistas con los que han gestionado el club en la últimas décadas, bien merece un reconocimiento de tal magnitud.
El Valencianismo languidece y la desafección cabalga desbocada. Y lo digo con conocimiento de causa. Mis amigos, mis compañeros de trabajo, que esperaban el lunes por la mañana como agua de mayo para comentar el partido del Valencia, están totalmente callados. Te ven y con carita de pena dicen: “Ramón, avui del Valencia ni parlem”. Nuestro grupo de whatsapp “futbolísimos ” está apagado. Ese mismo que cuando juega el Valencia, si te levantas un minuto a tomarte un vaso de agua, cuando vuelves tienes 150 mensajes por leer. Ahora se reduce a dos: que desastre, dan pena verlos. Hasta yo mismo no me reconozco; no he visto en directo al Valencia desde la infame segunda parte frente al Real Madrid, impensable en tiempos pretéritos.
Y en Singapore, a nuestro propietario le ha entrado de repente el síndrome de Calimero, ese patito negro de los dibujos animados de nuestra niñez, que decía: “nadie me quiere, nada me sale bien”. Pues eso Peter, nada te sale bien. Y es bien sencillo Peter, el problema radica en que ni tú, ni ninguno de los que te rodea, ha caído en la cuenta que en vuestra ecuación matemática y modelo de gestión de este club os habéis olvidado de la variable fundamental, la que más pesa en los modelos de éxito: la afición, si Peter, la afición, es decir, MESTALLA. Seguro que tienes contables a tu alrededor que te dicen que, la aportación de los abonados sólo representa el 10% del presupuesto, que el presupuesto se basa en los ingresos de TV. Pero si el sentimiento muere y la desafección se generaliza, la audiencia de los partidos del Valencia por TV caerá drásticamente y también los ingresos. En fin, si no entiendes que el activo más importante que tiene un club no son ni los jugadores ni el inmovilizado, SINO SUS AFICIONADOS, vamos los clientes, no te auguro un final feliz en esta aventura valencianista.