El Valencia de Peter Lim: un club de fútbol que se debe vestir de empresa

Los criterios deportivos deben ser importantes, nadie lo puede poner en duda, pero la parte económica manda ahora más que nunca

Toni Hernández | 21 ABR. 2020 | 07:30
Peter Lim

El Valencia, el odio al fútbol moderno y cuadrar las cuentas. "Esto ya no es fútbol, es un negocio, sólo se mira por el dinero y el deporte da igual". Hay una serie de leyendas urbanas, que todos nos creemos a pies juntillas, que son eso, leyendas urbanas. Eso de que antes todo era mejor es simplemente fruto de que idealizamos el pasado, nos pasa a todos con todo, y olvidamos muchas cosas. Hace 40 años, Mario Kempes ganaba en el Valencia 100 millones de pesetas, que hoy en día sería también muchísimo dinero. ¿No eran igual de privilegiados los jugadores entonces igual que ahora? Antes los jugadores se iban a menos a los equipos grandes, ¿sólo por amor a la camiseta? Muchos de ellos sí, pero existía en España el derecho de retención (si no tienes más de 40 es posible que ni te acuerdes), es decir, si tu club no te dejaba, no te ibas a ninguna parte, y no había cláusulas de rescisión.

El Valencia de Peter Lim debe cuadrar las cuentas, ilusionar a su afición y ganar partidos. No es nada fácil el reto, y para ello se debe actuar como una empresa, de arriba a abajo. Y más aún en el contexto social y económico que nos va a tocar vivir, que no tiene comparativa posible, dicen los expertos, desde los tiempos de las posguerra civil en España. El máximo accionista del club debe tomar deciciones muy importantes, estructurales y básicas, y tengo muy claro que eso va a suponer más de un cabreo monumental del entorno, que no vamos a poner ni uno, que nos va a venir mal todo lo que se haga y que no vamos a ofrecer ninguna alternativa. Toca confiar en Lim, porque no hay otra alternativa, y desear que acierte en sus deciciones. Porque no habrá nadie pensando en que se falle, ¿no?