Soñar que no tenemos techo

Soñar que no tenemos techo, que el Valencia no tiene techo. Que la realidad económica y también deportiva que por desgracia tenemos que vivir con respecto a otros equipos de La Liga no nos haga pensar que somos meras comparsas, que no mermen el ánimo y que no nos hagan creer que no se puede conseguir algo más que un cuarto puesto. Y sin dejar de tener los pies en el suelo, porque los números dicen que tu tienes 4 veces menos dinero para plantilla que el Madrid o el Barcelona y la mitad que el Atlético de Madrid, y esas diferencias, a más de 9 meses de competición, se acaban notando, no cabe duda. Pero el camino es seguir estando cada año sin fallo en la Champions, como han hecho los colchoneros, que vana jugarla por octava vez consecutiva. Y ese fin, sumado a la ilusión en otros torneos, debe ser nuestra gasolina siempre.

Exigir es un verbo que en este Valencia, por suerte o por desgracia por la época que nos ha tocado vivir, es casi imposible, debe estar prohibido, no tiene sentido ninguno. El espíritu de Sevilla, no tener techo de verdad, es lo que debe mover al entorno del club, porque dentro se tiene muy claro dónde se está y el cambio que se debe recorrer para acercarse lo más posible a los que están por delante de nosotros. El primer objetivo debe ser alcanzar al Atlético, como cuando estábamos por delante de ellos hace menos de una década, y una vez en ese nivel podemos hablar de otras realidades. Y ese proceso no es fácil, nada fácil, y el éxito está en disfrutar del camino, porque todo se saboreará más y mejor. Soñar que no tenemos techo, soñar despiertos con ello.