"Soñemos que no tenemos techo": rompamos ese techo a patadas

"Soñemos que no tenemos techo": rompamos ese techo a patadas. Durante años, demasiados, esa ha sido nuestra prpoia trampa, en la que caíamos demasiadas veces de un modo infantil. Nos poníamos los límites, quizá por pereza, quizá por falta de ambición, quizá por falta real de recursos deportivos y económicos, quizá porque nos atracamos a ganar en un momento dado y ya no había más hambre. La razón, realmente, da igual, porque el hecho es que pasamos una travesía por el desierto grande, demasiado grande, pero no por el hecho de no ganar títulos, que al final eso es algo que tiene una dificultad enorme, sino porque nos negábamos incluso a pelearlos, a competir por ser los mejores, que no implica tener que serlo.

El lema utilizado por el Valencia para la final de Copa, con un diseño absolutamente brutal que ya ha pasado a la historia de este club, no debe ser sólo una gran foto o un fondo de pantalla para presumir, debe ser una filosofía de vida. Pero es algo que nos debemos creer todos con los pies en el suelo, es decir, no podemos exigir ganarle al Madrid y al Barcelona siempre, en torneos largos o en torneos cortos, pero nos debemos exigir competir con ellos, apretar los dientes y convencernos de que se puede, de que con estos profesionales que tenemos ahora mismo, sí se puede. Confiando en ellos, creyendo en ellos y no pidiendo imposibles en el mes de agosto. Nada que no sepamos ni que no hayamos hecho antes.